
El barrio San Carlos enfrenta, nuevamente, una alarmante ola de robos diarios, con un marcado aumento de asaltos y sustracción de vehículos. Según un integrante del grupo vecinal, quien prefirió mantener su anonimato por seguridad, la situación se agrava por la escasa presencia policial y la percibida ineficacia judicial, generando temor entre los vecinos.
El barrio San Carlos experimenta un preocupante recrudecimiento de la inseguridad, con robos casi a diario, principalmente a manos de motochorros y con el aumento de los asaltos para robar vehículos. Un vecino, administrador del grupo de WhatsApp del barrio, quien solicitó no ser identificado debido a amenazas pasadas, detalló a “el Retrato” que los incidentes recientes se concentran en horarios de baja visibilidad policial, afectando la tranquilidad de la comunidad. La problemática, ha llevado a los residentes a extremar precauciones.
En los últimos días, el grupo vecinal ha registrado múltiples robos de vehículos: el 26 de junio en Azcuénaga y Alsina (aproximadamente 18:30 hs); el 25 de junio en Alsina y Azcuénaga (20:30 hs), donde una pareja fue asaltada con arma de fuego y el hombre recibió un culatazo; y el 24 de junio en Entre Ríos y Almafuerte (Chauvín, 19:30 hs), donde le sustrajeron un auto a una mujer. Otros incidentes incluyen robos de autos el 19 de junio en Alem y Vieytes (19:40 hs) y el 17 de junio en Solís y José Martí (Las Avenidas).
La modalidad común implica a dos hombres en moto que arrebatan celulares, mochilas y carteras, sin importar la violencia.
La crítica principal de los vecinos apunta a la falta de patrullaje y la inoperancia policial. El administrador relató que, pese a la presencia de la Policía Montada con “puntos fijos” en la zona, estos agentes “no tienen autorización para patrullar”. Incluso, se registró un incidente en el que, mientras robaban vehículos, la policía se encontraba a dos cuadras y se negó a intervenir alegando estás limitaciones.
Este comportamiento alimenta la percepción de los vecinos de que los operativos policiales son más para la “foto” que para la prevención efectiva.
La reunión de hace un mes y medio con la Comisaría Novena, aunque generó “buenos movimientos” iniciales, estos “se van diluyendo con el tiempo“.
La frustración vecinal se profundiza ante la ineficacia del sistema judicial. Según explicó el vecino, todas las denuncias sin identificación del autor terminan en la Fiscalía N°20, donde, de “mil o mil y pico denuncias” por mes, “a buen puerto llegan muy poquitas”. El vecino explicó que, incluso cuando logran identificar a los delincuentes con ayuda de cámaras o seguimientos, estos son “demorados dos o tres días y después están fuera”, lo que genera una sensación de impunidad. La falta de identificación efectiva y la legislación vigente, según el testimonio, “no va a mejorar” la situación actual. “Lamentablemente, si vos no sabes el nombre y apellido de la persona que denuncias, todas las denuncias van a parar en la misma Fiscalía”, afirmó.
Los vecinos de San Carlos se organizan a través de grupos de WhatsApp, donde alrededor de 80 casas están conectadas para alertarse sobre situaciones sospechosas. Sin embargo, la idea de realizar marchas públicas genera división. El administrador, quien sufrió 19 hechos de inseguridad entre 2001 y 2016 y recibió amenazas, se opone a las movilizaciones visibles por el riesgo personal que conllevan, dado que los vecinos “somos fácilmente ubicables” mientras “la policía no puede hacer lo mismo con los chorros”. Aunque la Municipalidad ha respondido a sus requerimientos en ocasiones, el vecino percibe que las autoridades también se encuentran “limitadas”, con “recursos escasos” y “poco personal”.