Este jueves, el vocero del Gobierno nacional, Manuel Adorni, apuntó contra los intendentes bonaerenses que comenzaron a implementar el impuesto a la nafta, que consiste en aumentar la tasa vial que se cobra sobre el precio de los combustibles y, por lo general, se destina al mantenimiento de las trazas de los municipios en cuestión.
En ese sentido, el vocero presidencial adelantó que el Gobierno nacional se encuentra “evaluando todas las alternativas posibles para que el impuesto a la nafta deje de ser una realidad en los municipios bonaerenses, y no pase este abuso de los intendentes en el que tienen cautiva a la gente”.
Según expresó Adorni durante la conferencia de prensa que brinda a diario, el tema del impuesto a la nafta en algunos municipios de la provincia de Buenos Aires fue uno de los ejes de la reunión de Gabinete de esta mañana, que no contó con la presencia del presidente Javier Milei.
Es preciso mencionar que, los intendentes bonaerenses que decidieron implementar el impuesto a la nafta argumentaron que es una necesidad imperiosa de los municipios para lograr un equilibrio en las cuentas ante la caída de los ingresos por la crisis y el ajuste público implementado desde Casa Rosada.
Entre las medidas adoptadas, algunos intendentes bonaerenses avanzaron con la implementación, o si existía previamente, el aumento, de la tasa vial, que se cobra sobre el precio de los combustibles. Del total de municipios que conforman el Gran Buenos Aires, 19 ya aplican o tienen previsto aplicar el impuesto a la nafta que varía entre el 1,5% y el 2,5% del precio del litro de combustible.
De esta manera, el ingreso por esta vía consiste en cobrar un sobreprecio a cada litro de nafta o metro cúbico de Gas Natural Comprimido (GNC) que se cargue en cualquiera de las estaciones de servicio ubicadas en cada partido. Estas tasas producen ingresos significativos en varias de las arcas locales y municipios tanto oficialistas como opositores la aplican desde hace años.
Por este costo adicional, el precio de los combustibles puede variar a pocos kilómetros de distancia en el Conurbano bonaerense. En Merlo, el distrito que conduce el intendente peronista Gustavo Menéndez, rige una alícuota del 2,50% para los combustibles líquidos y sube a un 4,50% para el GNC, en Pilar, Federico Achával, también de Unión por la Patria, decidió este año también crear una de estas tasas por valores similares.
Otro de los distritos que decidió innovar es el de la intendenta de Quilmes y militante de La Cámpora, Mayra Mendoza, que logró la aprobación en el Concejo Deliberante de la incorporación del impuesto a la nafta para aplicar un 2% de cobro municipal sobre el precio total del litro de los combustibles.
En La Matanza, el distrito más poblado, el porcentaje es de un 1,5% por litro para las naftas y el gasoil, y de un 1% para el metro cúbico de GNC. En tanto, en José C. Paz, el intendente Mario Ishii estableció un impuesto del 1% sobre el precio de los combustibles líquidos y del GNC vehicular. En Berazategui, se votó en una sesión extraordinaria que esa tasa será sobre el 2% de la carga de combustible. El tributo también funciona en Avellaneda, Escobar, Florencio Varela, San Isidro, Vicente López y Hurlingham.
Si bien en algunos municipios bonaerenses hubo atisbos de resistencia, más allá de los votos contrarios de la oposición local en los concejos deliberantes, los intendentes bonaerenses que decidieron implementar o aumentar el impuesto a la nafta no dieron marcha atrás respaldándose en el sólido argumento de la necesidad de recaudar dinero de manera local.
En tanto, uno de los intendentes que rechaza abiertamente el impuesto a la nafta es Diego Valenzuela (PRO), a cargo de Tres de Febrero. “A mayor cantidad de impuestos, menos laburo. Argentina tiene una carga tributaria muy alta. Hay que bajar los impuestos, no subirlos, y para eso hay que bajar el gasto público”, señaló a mediados del mes pasado. En la lista de municipios que decidieron no aplicar la tasa vial figuran también Morón, San Martín y San Miguel.
Fuera del conurbano, un caso destacado es el del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, quien avanzó en febrero con el cobro de una “Tasa Vial de Mantenimiento de la Red Vial Urbana Municipal”. Se cobra cada vez que un usuario carga combustible y representa el 1,86% del ticket final.
En la misma línea, en Azul, antes de dejar su gestión, el intendente Hernán Bertellys de Juntos, había conseguido los votos para implementar una tasa destinada a los propietarios rurales que debían pagar el equivalente de hasta un litro de gasoil por hectárea. La medida fue ratificada luego por el intendente Nelson Sombra de Unión por la Patria, que consolidó su triunfo en las elecciones de octubre.