El traslado del Padre Albóniga a Jujuy fue para aclarar su actuación en la Diócesis

El Obispado de Mar del Plata ha explicado en un comunicado que el traslado del sacerdote Luis Albóniga a la Diócesis de Jujuy es para llevar a cabo un procedimiento canónico que esclarezca “su actuación” como administrador de la diócesis marplatense, rol que ejerció entre septiembre de 2023 y enero de 2024.

La Santa Sede a través del Administrador Apostólico informa que el Pbro. Luis Albóniga fue trasladado por un tiempo a la Diócesis de Jujuy, debido a que se realizará un procedimiento canónico relacionado a esclarecer su actuación durante su tarea de administrador diocesano”, expresa el comunicado con fecha 30 de enero, y que ha circulado por WhatsApp.

Si bien no fue difundido por los medios del Obispado, el sacerdote Juan Cruz Menilli, párroco de Santa Ana, confirmó a ACI Prensa que el mismo “es oficial”.

El comunicado no precisa qué aspectos de la actuación del P. Albóniga serán investigados.

Tal como lo había informado ACI Prensa, la noticia de su traslado fue comunicada a los fieles durante las Misas del fin de semana, con un pedido a la comunidad de rezar por el sacerdote. Los fieles de la parroquia Asunción de la Santísima Virgen, donde el P. Albóniga se desempeñaba como párroco, ofrecieron un Rosario en apoyo al presbítero.

El traslado también sucede luego de una serie de cambios en la Diócesis de Mar del Plata: En septiembre de 2023, tras la asunción de su anterior Obispo, Mons. Gabriel Mestre, como Arzobispo de La Plata, el P. Luis Albóniga fue elegido Administrador Diocesano por el Colegio de Consultores de la Diócesis.

En noviembre, el Papa Francisco designó Obispo de Mar del Plata a Mons. José María Baliña, quien semanas más tarde presentó su renuncia por motivos de salud.

En su lugar, el Santo Padre nombró a Mons. Gustavo Larrazábal, quien también renunció, luego de que circularan en la prensa local algunos rumores sobre antiguas denuncias en su contra por acoso y abuso de poder, que salieron a la luz a raíz de su nombramiento, ya que la supuesta víctima sería una mujer marplatense.

Ante este escenario, el Papa Francisco decidió enviar un administrador apostólico a la Diócesis de Mar del Plata, y el elegido para ese rol fue Mons. Ernesto Giobando, obispo jesuita que se desempeñaba como Auxiliar de Buenos Aires, y que asumió la tarea el 19 de enero.