El sistema de gestión de los recursos pesqueros argentinos mediante cuotas individuales transferibles de captura se ha revelado como un enfoque efectivo que ha posibilitado la explotación sostenible de los recursos marinos y el crecimiento económico del sector. Cualquier modificación al régimen de Cuotas Individuales Transferibles de Captura podría acarrear consecuencias negativas o imprevisibles, a menos que se realice un análisis exhaustivo que involucre a todos los actores del sector.
La reforma propuesta por el señor Milei conlleva una infracción de derechos, falta de previsión para los conglomerados económicos, riesgo para los puestos de trabajo en las plantas procesadoras y el personal que prepara los barcos en los puertos argentinos: eliminación repentina de los permisos de pesca ilimitados y las cuotas. Los sindicatos de marineros, maquinistas y personal de cubierta se enfrentan a la competencia internacional con mano de obra extranjera. Se omite considerar la cantidad de trabajadores nacionales a bordo de los barcos, las inversiones realizadas en el país, el promedio de toneladas capturadas por cada especie en los últimos 8 años y la cantidad de productos pesqueros elaborados por barco, así como la capacidad de procesamiento en tierra. Es una nueva partida que deja muchas incertidumbres.
En Mar del Plata peligran alrededor de 15.000 puestos de trabajo, serían más de 80.00 familias las afectadas en todo el pais.
Los recursos marinos del mar argentino están expuestos a licitaciones internacionales, con la Zona Económica Exclusiva Argentina abierta a flotas extranjeras que pueden utilizar puertos tanto nacionales como extranjeros según su libre elección. La sostenibilidad de los recursos marinos argentinos se vuelve incierta, con la biomasa y el medio ambiente en peligro ante flotas que no muestran interés en preservar los recursos naturales del caladero ni su salud.
Se trata de un auténtico colapso, sin precedentes y entregado al mejor postor.