Murió el “Negro” Raúl Galán, cantante de tangos, reportero gráfico. Humorista siempre. 

Había nacido en Bragado, como “El Cacique” Andrés Selpa, primavera del´ 36, aunque la infancia la vivió en Berazategui donde en la curiosidad marplatense junto a un notable futbolista, el gran Juan Marcelino Cornejo, en distintas circunstancias emigraron a Mar del Plata. Corrían los años 50.

La vida los puso a ambos en lugares importantes en la ciudad balnearia. Crecía siendo “La Perla del Atlántico”, luego “Ciudad Feliz”, verano del´61, cuando el periodista, costumbrista, Enrique de Thomas “Wing” produjo el hallazgo para el jefe comunal, Jorge Raúl Lombardo.

Pinta de tipo ganador. La sonrisa gardeliana -siempre decía: “Carlitos el único con todos los tonos o registros de voz; en el canto”- su voz delicada. Lejos de Edmundo Rivero. Cerca de Angel Vargas Hincha de Boca y ameno. Donde estaba, sembraba amistad.

El diario “La Capital” vivió su resurrección hacia fines de los´60. Desde la conducción de Roberto Propato más tarde Oscar “Coqui” Gastiarena, tras caída en ventas hasta tocar el piso en el´64, cediendo al diario “El Trabajo” la primacía. En la levantada hubo dos notables en la Fotografía.

La dupla Néstor Alfonso-Raúl Galán, casi Labruna y Loustau, los´50, aunque los “chasiretes” hinchas  de Boca. El “Gordo” y el “Negro”, juntos siempre. No solamente por la fotografía. Mucha amistad y hasta un tiempo socios en casa de Fotografía. Pleno Centro. Inolvidables.

La dictadura militar a partir de marzo del´ 76 cambió todo en el diario. Galán con su viejo Chevrolet 400 decidió dedicarse un tiempo a otros menesteres. Inició una rara combinacion de cantante y de vendedor fuera de Mar del Plata. El que escribe lo acompañó en una aventura a Bahía Blanca.

El Negro contratado como cantante en boite “Il Diabolo” (El Diablo) en el Centro de la pujante ciudad del Sur de la provincia bonaerense. Una aventura inolvidable. Lejos de La Feliz donde estaba todo mal y de ambas familias. Hubo un tiempo de exilio y destierro.

Galán pasaba de ser cocinero, vender ropa, tintura (“Damas”) peluquerías femeninas y se movía en la vida bahiense como “uno más”. Un verdadero audaz. Capaz de ganar amigos como imaginaba el escritor estadounidense Dale Carnegie que se hizo millonario proponiendo simpatía, buen humor

Los años´80 y 90 estiraron la nostalgia de amigos que quedaron, en tanto el mundo giraba en torno a gobiernos dictatoriales en América del Sur. Mar del Plata, permitió a una generación de periodistas  auto-didáctas fuera del Condado. Hasta fuera del país. Los temas ideológicos, políticos, dividieron.

No obstante, Raúl Galán -admirador de la “Negra” Mercedes Sosa, a la que conoció en el Festival de Cosquín, 1967 “la voz de esa tucumana es única, de impacto mundial” decía- siguió siendo el tipo sencillo, ameno, con una simpatía sin par entre los suyos.

La Guerra de Malvinas en el 82 lo puso tan triste como al resto. Con un agregado su hijo mayor  estaba en la colimba y convocado por el Ejército. Raúl Galán vivió angustiado hasta que volvió el muchacho en medio de abrazos y llantos con los padres.

Su cuñado Omar Luque, formado por Galán en el universo de la Fotografía, alcanzó su propio brillo y siempre estuvo en “modo Galán”. La foto curiosa, el hallazgo periodístico. El fútbol, como gran pasión. Todo desde hace 45 años. Ya en el Mundial 78, Omarcito se destacaba.

En un tiempo de nostalgia y mucha melancolía los “distintos” en el difícil arte de vivir y dejar una  huella, Galán se inscribe en la lista de inolvidables. En el periodismo Mario Trucco. En el gremio tan vapuleado Amílcar González. En la poesía del vivir, el “Negro” Galán.

Estará siempre en el corazón de los viejos amigos. Tenía 88 años y como el viento seguía soplando. Raúl Alberto Gramigna sus verdaderos nombre y apellido. Para el resto, el “Negro” Galán. No habrá ninguno igual, como él cantaba.

 

Por: José Luis Ponsico