“Martín Fierro” de “Oro”: Del grupo Stivel a “Gran Hermano” y “Macho Alfa”

La noche del pasado domingo 9, como todos los años, la farándula vivió la fiesta de entrega de los “MartínFierro” que otorga APTRA Asociación de Periodistas Televisión y Radiofonía Argentina.  Desde su creación, 1959, gobierno de Arturo Frondizi, en la inspiración del periodista Manuel Ferradás Campos

El lujoso Hotel Hilton congregó algo más de 400 invitados con las presencias infaltables de “estrellas” de la televisión  Mirta Legrand y Susana Giménez. Esta vez faltaron otros premiados en el pasado como Marcelo Tinelli, sin olvidar a comunicadores célebres como Jorge Rial.

La conducción a cargo de Santiago Del Moro -chiste de barrio: el novio que cualquier madre “cholula”  quiere para su hija- en medio de un desfile de premiados. Esta vez sin connotaciones políticas, por lo tanto alejados, Joaquín Morales Solá, Luis Majul, Alfredo Leuco y Marcelo Longobardi, entre otros.

El titular, Luis Ventura, periodista de Espectáculos iniciado en el diario “Crónica” a fines de los´70, hijo y sobrino de recordados diseñadores gráficos en el diario de Héctor Ricardo García, no quiso politizar la reunión según allegados.

El impacto lo produjo el reconocimiento al “ráting” del ciclo “Gran Hermano”, un “Reality Show” inventado por un productor holandés hace un cuarto de siglo. Luego pasó por EE.UU. de John Le Mol al “magnate” Rupert Murdoch. Aunque en América la televisión chilena lo impuso hacia el año 2000.

En los comienzos de los´ 70, pleno desarrollo revolucionario en el continente, entre cambios culturales crecieron grupos de autores e intérpretes teatrales y cinematográficos. Los distintos regímenes militares y el avance del impacto de Cuba, Vietnam, movimientos rebeldes, dejaron huella en los Medios.

En ese tiempo el “Clan Stivel” alcanzó puntos de audiencia que esta vez consagraron a “Gran Hermano”

La Argentina no llegaba a 25 millones de habitantes -hoy supera los 45 millones- en tanto la avidez por los temas de “Cosa Juzgada”, el mundo “taquillero” de los autores, mostraba gran contenido humano.

David Stivel, laureado director, acompañado del talentoso guionista Juan Carlos Gené lideraba una corriente de actores brillantes. Desde Carlos Carella, Federico Luppi, Bárbara Mujica, Emilio Alfaro y Marilina Ross dando vida a recordadas obras teatrales llevadas a la pantalla.

A medio siglo el recuerdo obliga a repasar aquél tiempo. De los fallecidos Stivel, Gené, Carella, Luppi y Mugica. Decía Gené: “En la temporada de verano marplatense, enero y febrero del´72, estuvimos a teatro lleno todo el tiempo. La sala del mítico Teatro Colón resultó una maravilla por su esplendor”

Luppi alguna vez evocó la experiencia. “Me incorporé después. Uno de los impactos teatrales me tuvo como protagonista. La obra “Morir en Familia” del español Jorge García Alonso, éxito memorable. Yo el que volvía de España y enamoraba a una mujer que vivía la relación en silencio por dureza familiar”

El curso de los acontecimientos viró en la larga noche de la dictadura militar. Una mayoría de los más destacados debió emigrar. La lista negra de la tenebrosa Triple A (Alianza Anticomunista) a partir de la primavera del 74 estableció un antes y después-

La entidad, APTRA. en el recuerdo de Francisco “Pancho” Loiácono, ícono de “Radiolandia”, titular después de los primeros períodos -se alternaron con Jorge Lafauci, profesor de Literatura y cronista cinematográfico- se vivió un ciclo de las prohibiciones que dejó al teatro “indefenso”

En poco tiempo se fueron del país David Stivel, Juan Carlos Gené, para empezar, con ellos Héctor Alterio, Luis Brandoni, “Nacha” Guevara, Luis Politi el propio Luppi, entre los más conocidos. España, México, Venezuela y Colombia, lugares del exilio-

Las distintas versiones de “Gran Hermano” no han dejado mucho con excepción del entretenimiento donde se juntan en una casa durante un mes un grupo de muchachas y muchachos. Sin el nivel que el chupete mecánico (la tevé debería exigir) y pasan horas con comentarios vacíos de conenidos.

Un “semillero” que sirve en muchos casos “de lanzamiento” a la fama. De pronto surgieron como si fueran futbolistas de clubes “chicos” Pamela David, luego conductores de ciclos magazine, también esposa del empresario Daniel Vila, uno de los dueños del Canal América TV

La luego periodista, licenciada en Comunicación, Daniela Ballester, marplatense de nacimiento, hoy “estrella” en el canal C5N. De la “cantera” de “Gran Hermano“. El ahora influence “Macho Alfa” de pronto alcanzó fama. A los 60 años de edad tuvo una “condecoración#: una joven del ciclo se enamoró de Alfa.

El paso del tiempo trajo avances tecnológicos, el universo de la informática, infinidad de adelantos en la Ciencia. No obstante en el repaso si se evoca a actores -los primeros premiados- en el recuerdo de Pedro López Lagar, Narciso Ibañez Menta, Santiago Gómez Cou, carece de sentido el ascenso de Alfa.

Ventura tiene un mérito: nunca deja de recordar a los grandes de la escena que se fueron. En pantalla esta vez aparecieron imágenes: Diana Maggi, Haydée Padilla, Magdalena Guiñazú, también Guillermo Calabrese, uno de los célebres cocineros, en ciclos de moda.  Entre varios fallecidos.

Los cruces también existieron. El denunciado conductor Jey Mammon no estaba invitado. Como su ciclo “La Peña del Morfi” iba a recibir un premio, se presentó. Lo dejaron solo como a Robinson Crusoe en la isla desierta. La intensa Yanina Latorre esperaba ser “la mejor panelista”. No ocurrió.

Si faltaba algo Wanda Lara, ciclo gastronómico “Master Chef” laureado, se sintió “ganadora”. De todos modos no debemos caer en comparaciones. No sería justo que una de las primeras premiadas APTRA´59, la excelente actriz Myriam de Urquijo. Rubia, como antes “Wanda”. Que resultó internada.

“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio“, memorable cita de Joan Manoel Serrat,1971. El franquismo lo había prohibido por cantar en el dialecto catalán. Es posible que Ferradás que hasta compuso tangos no imaginara hasta dónde iba a llegar la premiación.

Telón piadoso.

Especial El Retrato de Hoy

Por: José Luis Ponsico