Mar del Plata sacudida por las drogas: 3 asesinatos en 1 día

“La venta de drogas está como en todos los barrios, en todos los barrios venden” dijo con total simpleza una vecina del barrio Bernardino Rivadavia, y es un discurso que varios vecinos de diversos barrios de Mar del Plata tienen.

No es difícil saber para los propios vecinos dónde está el narcomenudeo en cada barrio, basta con recorrer, observar y hablar con los ciudadanos que viven con miedo.

Sin dudas la pandemia dejo en la sociedad argentina, en particular, secuelas que aún no son estudiadas psicológicamente pero el consumo problemático de estupefacientes es una de ellas.

El que diga que en Mar del Plata es casualidad que haya tres homicidios en 24 horas producto de la droga es un negador. “Ajuste de cuentas” titulan algunos medios para maquillar la realidad. Generalmente que hay un ajuste de cuentas la droga está en el medio. Y cuando eso sucede el Estado está ausente.

El estado en su definición amplia. El poder Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial y las fuerzas de seguridad que actúan en el Partido de General Pueyrredon a simple vista no están a la altura del problema que azota la “Feliz”. Los medios lo maquillan y la problemática sigue tocando la puerta diariamente en todos los barrios, porque la droga ya no respeta ni zona de la ciudad, ni horario.

Cuando se habló en Concejo Deliberante y se debatió largamente sobre el traslado de la Zona Roja, con hipocresía y desentendimiento, por miedo o complicidad, nadie abordó la problemática de la venta, el consumo y la demanda de la droga, que es lo que hoy, en su gran mayoría, sostiene el mercado de sexo en la vida pública. Y no se hizo porque no hay herramientas para frenarlo.

Entre los poderes del estado se pasan la pelota, no se plantea la solución como una comunión de fuerzas para hacer de esta sociedad un lugar mejor, más sano y limpio de estupefacientes. Claro, las drogas mueven dinero y mucho, eso también está a la vista de todos.

En 24 horas murieron tres personas en Mar del Plata y nadie hace nada. Está es la realidad, le guste a quien le guste.

J.P.