Lo que parecía iba camino a dignificar el homenaje, en forma de réplica, al submarino ARA San Juan sigue frenado por la burocracia , tanto de la Armada como de la Comuna para lograr los permisos para los trabajos de restauración de la obra instalada en la Escollera Norte. En medio de este freno, la Armada se saldría con su sueño de sacar de ese lugar la réplica y mandarla a otro sector del Puerto, quizás logrando la invisibilización que algunos impulsan desde sus puestos de poder, del reclamo de Justicia que llevan adelante los familiares de los 44 malogrados marinos. En este sentido se pudo saber que el Consorcio Portuario le habría ofrecido un especio en el interior de su jurisdicción para reinstalarlo, y comenzar allí la restauración tan necesaria ante que desaparezca por la acción del clima.
Pero si como todo esto no se alcanzara, la autorización de la Municipalidad no aparece, como tampoco la grúa que debería encargarse de levantar la pesada estructura instalada en la Norte , subirla a un camión e instalarla en la zona interna de la banquina. Paralelamente a esto el grupo de estudiantes y graduados de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mar del Plata que se encargará de la reparación y restauración de dicho monumento en memoria de sus 44 tripulantes., tiene las manos atadas para poder comenzar con las tareas.
Como se recordará la puesta en valor del memorial, ubicado en la escollera norte marplantense, surgió como una iniciativa de la Federación Universitaria Tecnológica (FUT) y del Centro de Estudiantes de la UTN local, que solicitaron autorización a los familiares de los marinos para encarar el trabajo de manera voluntaria. Cabe destacar que la réplica, de casi 16 metros de largo, 5,8 de alto y 11 toneladas de peso del submarino hundido en noviembre de 2017, fue donada a la ciudad por la Agrupación Isabel, una organización chubutense que realizó la maqueta para rendir homenaje a quienes integraban la dotación del San Juan al momento de la tragedia.
Desde su emplazamiento el 18 de octubre de 2019, la estructura, montada sobre pilotes de hormigón armado, sigue sufriendo un más que importante deterioro por la acción del viento y el salitre del mar, especialmente en su estructura y revestimiento de hierro. A partir de esta situación, los estudiantes de la UTN enviaron una nota a los familiares de los submarinistas, a través de las abogadas a cargo de la querella mayoritaria en la causa por el hundimiento, Valeria Carreras y Lorena Arias, en la que solicitaban autorización para encarar la restauración. La iniciativa fue respaldada por las familias de los submarinistas, y la fecha de restauración se sigue “corriendo”, sin que se separa cuando podrá comenzar a realizarse.
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