Salario basico universal, una puerta de entrada al futuro

(Por Matias Casimir) Desde hace varios años, cada vez que abrimos una asamblea en un territorio, realizamos un pregunta que abre el debate sobre nuestra identidad y sobre nuestra ubicación en el sistema económico, ¿quienes trabajaron “en blanco “ los últimos años? A partir de este pregunta se comienzan a relatar las historias individuales que poco a poco van tejiendo la historia colectiva y a la exposición de una verdad que está ahí, desnuda, probablemente sin techo, sin derechos laborales, sin derecho a una alimentación sana y adecuada, hay una gran porción de pueblo que no tiene lugar en el tradicional paradigma de empleo dentro del capitalismo, y lo que es peor, no la va a tener….
Esta afirmación es válida para una pequeña nación de la periferia o para los países centrales, aunque estos últimos detenten todavía altos estándares de vida en la mayoría de su población. Este fenómeno es producto de dos grandes situaciones que vienen ocurriendo a nivel mundial; El desplazamiento del hombre por la maquina y la puja entre el capital productivo vs el capital financiero.
Las maquinas, la robótica, las nuevas tecnologías no tienen una moral en sí mismas, pueden servir al desarrollo de la felicidad de las personas que habitamos el mundo, al cuidado de nuestro planeta, o todo lo contrario. Hoy la tecnología esta puesta exclusivamente al servicio del capital, es decir, toda innovación tecnológica en procesos productivos que permitan producir más en relación al trabajo humano empleado, se transforma en capital que engorda los bolsillo de los capitalistas, concentrando la riqueza y contrayendo el mercado del trabajo, en consecuencia, aumentando la desigualdad. En la historia de la humanidad, nunca hemos tenido niveles tan altos de productividad, sin embargo no se traduce en un mejor vivir nuestros pueblos, tenemos tecnologías de todo tipo en el agro, pero millones de niños se van a dormir sin cenar, tenemos casas automatizadas pero millones de familias viven hacinadas por no tener acceso a un vivienda digna y otras tantas ni a un techo siquiera pueden acceder. Producimos todo tipo de bienes,iPhones,autos eléctricos etc, pero
existen de tres a cuatro generaciones que no conocen los derechos del trabajo, que no conocen la fabrica ni el taller. Al fenómeno social y económico que va quedando como consecuencia del actual sistema, lo acuñamos desde hace algunos años como economía popular.
Lejos de pretender anunciar el apocalipsis o ser un relato alarmista, es simplemente una convocatoria a pensar formas novedosas de intervención social y nuevos horizontes estratégicos, el pleno empleo del siglo XX con eje en la relación obrero-patrón es una mera expresión de deseos, porque donde había un obrero hoy hay una máquina. Pero les cuento algo, todas esas personas que a lo largo del tiempo han ido quedando por fuera del “mercado del empleo” se han inventado su propio trabajo, han desarrollado distintas estrategias de supervivencia, que lejos de negarlas hay que reconocerlas y guiarlas para que su desarrollo pueda influir positivamente en los individuos como de la sociedad en su conjunto.
Creemos que es momento de pensar un política distributiva que ponga un piso de igualdad en nuestro país, que erradique la indigencia y que sea el disparador para pensar un país con desarrollo humano integral. Es por eso que estamos proponiendo la creación de un salario básico universal, el derecho a una renta de mínima que sea el piso de dignidad en nuestra sociedad, que reconozca el trabajo de las casi 9.000.000 de personas que trabajan en el marco de la economía popular y que forme parte del círculo virtuoso del mercado interno en nuestro país. Muchos creerán que es una propuesta comunista, de vagos y planeros, pero hasta personajes como Elon Musk, el magnate de Tesla, apoyan estas medidas, ellos saben que en un futuro no muy lejano gran parte de los empleos que hoy existen van a desaparecer.

Estamos proponiendo una política de dignidad humana, universal, que sea el piso para el desarrollo de los proyectos de vida individuales y colectivos, que nos permita discutir el mundo que viene, como éticamente debe ser, con “la gente adentro”…..