Diego Sosa, secretario adjunto del sindicato, en diálogo con el Retrato calificó de “crítica” la situación de los trabajadores municipales tras el cierre de una nueva paritaria anual a la que considera insuficiente. Mientras crece la masa de afiliados por fuera de la estructura histórica, el dirigente advierte sobre la “connivencia” política que los excluye de la mesa de negociación y plantea un 2026 enfocado en la modernización sindical sin resignar derechos adquiridos.
Lejos de la celebración protocolar, desde el Sindicato de Empleados y Trabajadores Municipales (SETRAM) trazan un diagnóstico severo sobre la realidad económica de la planta de personal. Diego Sosa, secretario adjunto de la organización, calificó el escenario como “crítico”, señalando que el acuerdo paritario no constituye una recomposición, sino la “ratificación de una constante pérdida del salario”.
Según las estimaciones del gremio, el trabajador municipal termina el 2025 con una caída del 23% en su poder adquisitivo, un deterioro que se acumula sobre índices previos, que en períodos anteriores rozaron el 87% de pérdida. Para Sosa, la mecánica de cerrar “paritarias anuales” por dos años consecutivos es un hecho inédito que, lejos de brindar previsibilidad, ha permeado la pobreza en el sector. “Se intenta vender esta situación como algo beneficioso, pero bajo ningún concepto puede ser satisfactoria. Estamos ante un proceso de deterioro sistemático”, sentenció el dirigente en diálogo con El Retrato.
El fin del “mito” del empleo público
Históricamente percibido como un refugio de estabilidad y bienestar, el cargo en la administración pública ha mutado, según la visión del SETRAM, hacia una posición de vulnerabilidad en las líneas medias y bajas de la economía doméstica.
“Ya dejó de ser un trabajo bien remunerado que aseguraba cierto bienestar, hoy ni siquiera garantiza un reaseguro laboral dadas las anomalías administrativas”, explicó Sosa. A esto se suma, advierte, una intencionalidad política y social de “estigmatizar” al agente municipal, invisibilizando que bajo esa etiqueta operan profesionales de la salud, docentes y personal de seguridad que sostienen servicios esenciales.
La disputa por la mesa chica
El crecimiento del SETRAM introduce una cuña en el histórico monopolio de la representación sindical en Mar del Plata. Sosa denunció abiertamente la existencia de una “clara connivencia” entre el Departamento Ejecutivo y el sindicato mayoritario (STM) para impedir que nuevas voces se sienten en la mesa de negociación paritaria.
Sin embargo, el dirigente atribuye el crecimiento exponencial de su padrón de afiliados al agotamiento de un modelo gremial de 70 años que, a su juicio, ya no logra contener al universo de trabajadores. “La institución histórica sufre un desgaste natural y hoy maneja un porcentaje reducido del total de municipales. Hay una gran masa de trabajadores sin afiliación que buscaba una alternativa menos burocrática y más cercana. Que los represente”, analizó.
2026: Modernización y Reforma Laboral
El SETRAM plantea el 2025 como un “año bisagra”. El objetivo primario para 2026 es romper el cerco político para lograr el reconocimiento formal en la discusión paritaria. Pero la agenda también incluye la inminente discusión sobre la reforma laboral. Al respecto Sosa adoptó una posición pragmática: “Todos los actores estamos de acuerdo en agiornar la ley laboral a la actualidad. Pero bajo ningún concepto se pueden resignar derechos adquiridos, pero sí se deben revisar las condiciones para modernizar el empleo”. El dirigente asume que, aunque los cambios normativos comiencen por el sector privado, “más tarde o más temprano llegarán al empleo público”, y la obligación sindical es prepararse para dar ese debate técnico con solvencia.
