¿Temor o enanismo político? Invisibilización en la política local: el caso del Intendente Neme

La política marplatense atraviesa un fenómeno llamativo: la invisibilización del intendente sustituto Agustín Neme por parte del entorno del hoy senador provincial Guillermo Montenegro. La ausencia casi total en la difusión desde Prensa Municipal es evidente. Las actividades del Jefe Comunal no encuentran eco en los canales institucionales, lo que lo obliga a sostener su presencia únicamente a través de sus redes sociales personales. Esta estrategia no es casual: configura un escenario donde la figura del intendente queda relegada a un rol secundario, debilitando su capacidad de liderazgo frente a la ciudadanía. ¿Temor o enanismo político?

La ausencia de un mensaje en el brindis en la ex Casa del Puente

El episodio del brindis de fin de año organizado por el EMYURyC fue un ejemplo contundente. La locución se centró en elogiar la “Mar del Plata del Sí”, mientras la presencia del intendente quedó reducida a un gesto protocolar. No se le otorgó la palabra ante la prensa, lo que reforzó la percepción de que su rol es meramente decorativo. La imagen proyectada es la de un intendente que “está, pero no está”. Se lo muestra físicamente, pero se lo priva de voz y protagonismo. Esta práctica de invisibilización transmite un mensaje político claro: el poder real se concentra en otro actor, mientras se intenta dejar a Neme dibujado como una figura institucional sin peso propio.

El “comando a distancia” del “Gordo”  Montenegro

La política marplatense vive una paradoja: Guillermo Montenegro, quien dejó la intendencia para ocupar una banca en el Senado provincial, parece seguir ejerciendo poder en la ciudad que aseguraba querer tanto. Desde el 10 de diciembre, cada gesto institucional transmite la idea de que, aunque físicamente instalado en la Cámara Alta bonaerense, su influencia continúa marcando la agenda local.

Eventos que revelan el “doble comando” a distancia

La inauguración del supermercado Coto en el Puerto y el corte de cinta en el Puente de los Gastronómicos en el Hotel Sasso son ejemplos claros. En ambos actos, la impronta de Montenegro se percibió como un recordatorio de que su lugar “marplatense” no lo abandona. La puesta en escena mostró que, más allá de su nueva función legislativa, mantiene un rol de conducción política en la ciudad.

Un Intendente “sustituto” al que le intentan quitar brillo

En contraste, Agustín Neme, el intendente en funciones, brilla por su protagonismo en estos eventos, está siempre bajo la sombra del “comando a distancia”. Su presencia es visible, pero su autonomía política parece limitada. La imagen proyectada es la de un jefe comunal que administra, mientras otro sigue decidiendo. Un doble comando que erosiona la institucionalidad y deja a Mar del Plata atrapada en un esquema de poder que no termina de definirse.

¿A qué le tendrán miedo los funcionarios y ediles marplatenses?

Es curioso, y hasta cómico, si no fuera tan triste,  ver cómo los funcionarios y concejales locales parecen tenerle alergia a ciertos “puntos cardinales”. El Oeste, por ejemplo, parece ser un territorio fantasma, un espacio que no figura en sus mapas ni en sus discursos. El emprendimiento presentado por Developer AQUA en la Ruta 226, fue un acontecimiento digno de atención, pero la ausencia de autoridades fue tan notoria que casi merecería un premio a la “coherencia”: coherencia con su indiferencia.

Ausencias que marcan un peligroso futuro para la ciudad

Ni el intendente sustituto, ni los funcionarios del gabinete, ni los concejales que usufructúan el título de “honorables” se dignaron a aparecer. Quizás temen que el polvo del Oeste manche sus cómodas y modernas pilchas , o que la cercanía con la gente real les recuerde que gobiernan más allá de las avenidas prolijas del Sur. La ironía es que estos mismos dirigentes se llenan la boca con discursos sobre desarrollo, inclusión y progreso. Pero cuando el progreso se materializa fuera de su zona de confort, se esfuman como si fueran personajes secundarios de una mala obra de teatro. El Oeste no existe para ellos, salvo en época de elecciones, cuando mágicamente descubren que allí también hay votantes. Mientras tanto, el faltazo sigue siendo su política más consistente.

Una transformación que se le negó a un marplatense

Tiempo atrás, un empresario marplatense se animó a soñar en grande: transformar la Plaza del Agua en un polo de emprendimientos que revitalizara esa manzana privilegiada entre Güemes, Roca, San Lorenzo y Alvear. Con proyectos en mano y voluntad de invertir, buscó darle nueva vida a un espacio que, paradójicamente, suele ser usado como símbolo de la “Mar del Plata del Sí”. Sin embargo, la respuesta fue un rotundo “no”. Nunca quedó claro si la negativa obedeció a celos políticos, a intereses ocultos o simplemente a la incapacidad de quienes gobernaban para entender que el desarrollo no se limita a discursos vacíos.

La apertura y el progreso con ¿mano guiada?

El empresario luchó, presentó propuestas, insistió. Pero quienes hoy repiten el eslogan de apertura y progreso fueron los mismos que cerraron la puerta. La ironía es evidente: se llenan la boca con promesas de inclusión y apoyo al sector privado, pero cuando aparece una oportunidad concreta, prefirieron bloquearla. La Plaza del Agua podría haber sido un ejemplo de renovación urbana, un espacio que conjugara cultura, comercio y encuentro ciudadano de la mano de los propios marplatenses. En cambio, quedó como testimonio de la incoherencia oficial.

Alejandro Rabinovich le abrió la “canilla” al Grupo Infobae

Nunca se supo si el proyecto de Marcelo Gonzalez naufragó por desinterés o por miedo a que algún empresario con más poder le bajara el pulgar. Lo cierto es que Gonzalez se quedó con las ganas de ver concretado su sueño en la Plaza del Agua. El tiempo pasó y, como suele ocurrir en Mar del Plata, las “gestiones” mágicas aparecieron. Esta vez de la mano del actual diputado provincial por la Segunda Sección (ni siquiera de la Quinta) Alejandro Rabinovich, quien logró que la concesión de ese espacio municipal terminara en manos del grupo Infobae. Casualidad o causalidad, el resultado fue el mismo: el emprendedor local quedó afuera y el poder mediático adentro.

Bonifatti terminó siendo el que pagó los platos rotos

Claro que para llegar a ese desenlace hubo que despejar algunos obstáculos. El titular del EMSUR, Santiago Bonifatti, se atrevió a pedir detalles del expediente, esos pequeños papeles que suelen incomodar cuando se trata de cumplir normativas. La cuerda, como siempre, se cortó por lo más débil: Bonifatti afuera, expediente firmado. Transparencia, dicen desde la Municipalidad, como si la palabra alcanzara para tapar las sombras. Sería saludable que se publiquen los datos concretos que demuestren que todo se hizo dentro de la ley. Porque si no, la “Mar del Plata del Sí” seguirá siendo, en realidad, “la ciudad del Sí… pero para algunos”.