Integrantes de la Cámara de Empresarios de Balnearios (CEBRA) pefieron mantener en silencio sobre el conflicto ante consulta de “el Retrato”, pero aún así se pudo saber su posición respecto al conflicto salarial con los guardavidas, en medio de una negociación que mantiene en vilo a la temporada de verano. Un calificado vocero de la entidad aclaró que los empresarios no se oponen a otorgar un aumento, pero subrayó que debe ser “razonable y acorde a lo proyectado” en función de los costos ya establecidos.
Según explicó, el valor de las carpas y servicios de playa fue fijado en septiembre con un incremento cercano al 30%. Ese porcentaje es el que se trasladó a la oferta salarial presentada a los trabajadores. Sin embargo, los guardavidas reclaman una suba cercana al 50%, cifra que los empresarios consideran “imposible de alcanzar” porque desbalancearía las cuentas y pondría en riesgo la sustentabilidad del sector.
Desde el sector remarcaron que la intención es mantener un diálogo abierto y llegar a un acuerdo que contemple las necesidades de los trabajadores, pero también la realidad económica de los balnearios. “No nos negamos a un incremento, lo que pedimos es que sea razonable”, señalaron.
Como ejemplo, mencionaron que en otras ciudades de la costa atlántica las ofertas salariales fueron incluso más restrictivas, llegando en algunos casos a un 0% de aumento. En ese contexto, los empresarios locales consideran que su propuesta del 30% es un esfuerzo significativo y acorde a lo que puede sostenerse sin comprometer la viabilidad de los establecimientos.
El sector empresarial insiste en que la discusión debe enmarcarse en parámetros realistas, evitando demandas que superen lo previsto en la planificación económica de la temporada. Con la mirada puesta en garantizar la continuidad del servicio y preservar las fuentes de trabajo, indicaron que buscan un acuerdo que equilibre las expectativas de los guardavidas con las posibilidades concretas de los balnearios.
