El gobierno nacional oficializó el envío de la ley de reforma laboral que modifica indemnizaciones, licencias y el derecho a huelga. Miguel Guglielmotti, concejal y referente de la central obrera local, advirtió que la iniciativa busca “desmantelar el aparato productivo” y alertó sobre el impacto de eliminar las multas por trabajo no registrado en una ciudad con alta informalidad como Mar del Plata.
El presidente Javier Milei firmó eel proyecto de reforma laboral que ingresará por el Senado, una iniciativa de 79 páginas que pretende modificar la columna vertebral de la Ley de Contrato de Trabajo (20.744) bajo la premisa de “modernizar” las relaciones laborales. Sin embargo, desde la CGT Mar del Plata, la lectura es diametralmente opuesta: “se trata de un avance sobre derechos adquiridos que amenaza con precarizar aún más el tejido social de una ciudad ya golpeada por la recesión”.
“Nosotros visualizamos esto no como una modernización, sino como una reforma laboral regresiva”, sentenció Miguel Guglielmotti, concejal y Secretario Adjunto de la CGT, en diálogo con El Retrato. Para el dirigente, la propuesta va a contramano de las tendencias globales que discuten la reducción de la jornada laboral ante el avance de la inteligencia artificial, optando en cambio por un modelo que “quita derechos a los trabajadores”.
El fin de la indemnización y el desvío de fondos
Uno de los puntos neurálgicos del proyecto es la reescritura del artículo 245, que habilita la creación de un Fondo de Cese Laboral como alternativa a la indemnización tradicional, excluyendo reclamos civiles paralelos.
Guglielmotti aclaró que lo principal es el financiamiento de este mecanismo, denunciando una maniobra de desvío de recursos públicos. “La novedad no es el fondo, sino quién lo paga. Se conforma con una contribución del 3% que se toma de las cargas patronales con destino a la seguridad social. Es decir, tiene costo cero para el empleador que despide, pero desfinancia a la ANSES y al PAMI”, explicó el referente gremial.
Huelga restringida y caída de convenios
El texto introduce las figuras de “actividades esenciales” y de “importancia trascendental”, limitando el derecho a huelga al exigir un piso de prestación de servicios que, en la práctica, reduce la medida de fuerza a solo un 25% de la planta.
Asimismo, Guglielmotti advirtió sobre el fin del principio de ultraactividad, lo que provocaría la caída de los convenios colectivos vigentes al vencerse, forzando negociaciones “por empresa y por región” que debilitarían la representación sindical y atomizarían la fuerza laboral.
Informalidad y crisis productiva
El impacto local de la reforma preocupa especialmente por la estructura del mercado laboral marplatense. El proyecto elimina las sanciones para empleadores que no registren a sus trabajadores, una medida que Guglielmotti calificó de “barbaridad” para una ciudad que lidera los rankings de desempleo e informalidad. “Aquel que tuvo un trabajador no registrado provocó un desfinanciamiento al Estado; eliminar la multa es un pase libre para seguir haciendolo”, sostuvo.
El contexto económico local agrava el diagnóstico. Según el dirigente, la ciudad enfrenta un “panorama sombrío” con la paralización de la flota pesquera, el cierre de frigoríficos y una crisis textil ejemplificada en la situación de firmas como Textilana. “Venimos de una pérdida de 400.000 puestos de trabajo a nivel nacional y una apertura de importaciones que está desmantelando el aparato productivo”, agregó.
Movilización al Congreso
Frente al inminente tratamiento legislativo, la CGT se declara en estado de alerta. Guglielmotti confirmó que la central obrera participará de la marcha al Congreso convocada para el próximo jueves, día en que se prevé el inicio del debate en comisión. “Nuestra postura es contraria a este proyecto. Lo más probable es que los gremios de Mar del Plata nos traslademos a Buenos Aires para manifestar nuestro rechazo”, anticipó.
