El 8 de diciembre marca el tradicional armado del arbolito de navidad y el comercio minorista exhibe un stock renovado por la facilitación de importaciones. Mientras el segmento premium ofrece pinos hiperrealistas que superan los $200.000, la canasta básica navideña registra una variación interanual moderada respecto a 2024.
La tradicional fecha del 8 de diciembre, hito litúrgico que marca el armado del árbol de Navidad en los hogares argentinos, encuentra este año al comercio marplatense en un escenario de estabilidad de precios y renovación de stock. La flexibilización en las políticas de importación ha impactado directamente en las góndolas, generando una polarización de la oferta, teniendo por un lado, la irrupción de productos de alta gama y terminaciones realistas y por el otro, el sostenimiento de valores competitivos en los artículos de decoración estándar o más minimalistas.
Según pudo relevar el Retrato en los comercios de la ciudad, la Navidad 2025 llega con una “explosión de productos importados”. Lejos de la escasez o la repetición de temporadas anteriores, las vidrieras exhiben desde árboles prearmados con sistemas de iluminación integrada hasta pesebres exóticos y cajas musicales, apuntando a un consumidor que busca renovar la estética festiva.
En la base de la pirámide, el acceso a la tradición se mantiene accesible, un pino estándar de 90 centímetros puede conseguirse desde los $6.000 a $8000 pesos aprovechando promociones, aunque el precio de lista promedio se ubica en $14.000. Para las medidas familiares, un árbol de 1,20 metros oscila en los $30.000, mientras que la versión de 1,80 metros, la más codiciada para espacios amplios, arranca en los $68.000 y pueden variar hasta más de $150.000 dependiendo la calidad.
Sin embargo, la novedad de la temporada radica en la llegada masiva de los árboles denominados “tres pelos” o nevados. Estos ejemplares, que emulan la frondosidad y textura de un pino real, cotizan en otra liga: un modelo de 1,20 metros asciende a $190.000, y las versiones más sofisticadas de 1,50 metros tocan los $260.000.
En referentes del sector como Camoga, la vidriera refleja esta tendencia hacia lo exclusivo y funcional. Las opciones disruptivas ganan terreno, los árboles plegables en tonos dorados o plateados (de 1,80 metros) cotizan cerca de los $79.000. En el extremo superior, un pino de 2,50 metros de altura, pensado para residencias con techos altos o locales comerciales, roza los $300.000, evidenciando que hay un mercado dispuesto a invertir en piezas de alto impacto visual.
La decoración complementaria acompaña esta lógica de precios diversificados. La iluminación, insumo crítico para la estética navideña, presenta un abanico que va desde las luces led tipo “arroz” a $2.900 hasta guirnaldas de 144 focos por $25.000.
En cuanto a la ornamentación hay más dispersión. Mientras que los packs de bolas pequeñas inician en $1.800, las esferas de mayor calibre y diseño exclusivo pueden alcanzar los $10.000 la media docena. Elementos accesorios como campanas, moños y las tradicionales bolas brillantes se mantienen en un rango de entre $500 y $3.500, permitiendo actualizaciones parciales del árbol sin erogaciones significativas.
Quizás el dato más relevante para el bolsillo del consumidor sea la comparativa directa con la temporada anterior. Según el análisis de la canasta navideña básica (compuesta por un pino de 1,20 metros, tres cajas de bolas, luces y puntera), el costo de armado total ronda los $57.000. Si se considera que el mismo set costaba aproximadamente $47.000 en 2024, la diferencia nominal es de apenas $10.000.
