En General Pueyrredón, mientras los vecinos enfrentan una maraña de demoras, boletas duplicadas y trámites que vuelven a empezar, el secretario de Participación Ciudadana y Descentralización, “Tato” Serebrinsky, brilla por su ausencia.
Según señalan distintas fuentes del sector, el funcionario estaría fuera de la ciudad, incluso de vacaciones, en pleno inicio de la nueva gestión. Más allá de la veracidad de esas versiones, lo concreto es que el área de Licencias de Conducir Que depende de él) atraviesa, otra vez, un colapso anunciado.
La situación no es nueva, pero sí más grave. Con el recambio de autoridades todavía fresco, el área vuelve a quedar con falta de personal, demoras estructurales y un nivel de desorganización que golpea directamente a quienes necesitan obtener o renovar su licencia. Lo que debería ser un trámite simple se transforma en un vía crucis de semanas o meses.
Las academias de manejo, que nuclean a miles de futuros conductores, encendieron todas las alarmas. Desde la Dirección les comunicaron que deberán reducir la cantidad de alumnos porque el área no puede sostener la demanda. Y desde el sector de exámenes prácticos ya anticipan lo inevitable: reprogramaciones masivas y una lista de espera que crecerá sin control. La advertencia no es menor: cada alumno representa un trámite iniciado, un arancel pagado y la expectativa de avanzar en tiempo y forma. Nada de eso está garantizado hoy.
El impacto no se limita a la pérdida del turno. Golpea directo al bolsillo. Cuando un examen se suspende o se reprograma por falta de personal, empiezan las complicaciones: aranceles que vencen y deben pagarse de nuevo, boletas de CEPAT que se emiten otra vez, trámites que se repiten aunque el vecino ya cumplió con todos los pasos. El resultado siempre es el mismo: gente que paga dos veces, que pierde tiempo y que queda atrapada entre fallas administrativas sin responsables visibles.
Los testimonios de las academias revelan un funcionamiento que ya no resiste excusas. Inspectores que indican “volvé en 15 días” y luego no toman el examen; indicaciones que se contradicen; turnos desorganizados; decisiones que dependen de quién esté presente ese día. En un caso reiterado, explicaron a los instructores que quien había dado la indicación “está de vacaciones”. Diciembre llega todos los años, pero el área vuelve a colapsar como si fuera sorpresa.
Lo más preocupante es que desde dentro de la administración reconocen que este panorama se extenderá del 15 de diciembre hasta febrero. Es decir: dos meses de reprogramaciones, caos operativo y vecinos atrapados en una cadena de ineficiencias que el Estado no logra ordenar.
Licencias de Conducir es un área históricamente conflictiva. En 2024 incluso hubo cinco traslados de personal por situaciones internas delicadas, pero los problemas estructurales continúan intactos: falta de personal, mala organización, comunicación deficiente y un funcionamiento que siempre termina castigando al ciudadano.
El cambio de gestión podría ser una oportunidad, pero solo si se toma dimensión de la urgencia. Los vecinos ya pagaron, ya presentaron sus documentos y solo esperan que el Estado cumpla. Un gobierno ordenado empieza por respetar el tiempo y el bolsillo de quienes cumplen con la ley.
Teléfono Neme!!!!
