La crisis institucional que estalló en el Concejo Deliberante marplatense expuso, con crudeza, la decisión del PRO, la UCR y los libertarios de quebrar un acuerdo democrático básico vigente desde 1983: respetar la voluntad popular en la conformación de las autoridades del cuerpo. Según recordó la oposición “la presidencia corresponde a la fuerza que gana la elección y la Vicepresidencia Primera, a la que obtiene el segundo lugar. Así funcionó durante más de cuatro décadas. Hasta ahora”.
Desde Fuerza Patria se afirmó que “Contra esa regla no escrita pero sostenida por todos los signos políticos, el nuevo pacto de conveniencia decidió otorgarle la Vicepresidencia Primera a la fuerza que salió cuarta, desplazando a Fuerza Patria, que obtuvo legítimamente ese puesto.” Una maniobra que desde este espacio califican como “vergonzosa” y que, afirman, “se pone de sombrero la institucionalidad”.
La escena deja al descubierto una contradicción: quienes en campaña se mostraron como férreos opositores, en la primera prueba real optaron por un acuerdo que estafa a sus propios votantes. Para Fuerza Patria, el supuesto espíritu “renovador” de este bloque opositor quedó reducido a una práctica política “poco seria y nada novedosa”.
El reproche también alcanzó al PRO y a los libertarios, a quienes acusan de avanzar sobre las instituciones locales con la misma violencia con la que, según denuncian, el modelo nacional trata a jubilados y personas con discapacidad. Y deslizan preguntas que sobrevuelan el clima político: “¿Tanto miedo le tienen a la oposición? ¿O estarán nerviosos por el reciente allanamiento en la Municipalidad?”
Mientras tanto, desde Fuerza Patria aseguran que ocuparán sus bancas “honrando el voto de los vecinos”, comprometidos a defender a Mar del Plata frente a las consecuencias del proyecto nacional y a resguardar una democracia que, recuerdan, “costó demasiado como para dejarla en manos de un circo político”.
