En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Sindicato de Empleados de Comercio de Mar del Plata y Zona Atlántica se suma a esta conmemoración para denunciar todas las formas de violencia ejercidas sobre mujeres y niñas, reafirmando su “compromiso con la construcción de una sociedad libre de desigualdad, discriminación y violencias”.
A traves de un documento de prensa indican textualmente:
La violencia contra las mujeres y niñas continúa siendo una de las problemáticas más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual. Sus consecuencias no solo recaen sobre las víctimas directas, sino que impactan en sus familias, comunidades y en toda la sociedad.En Argentina, la eliminación de políticas de igualdad, el desmantelamiento de áreas estatales dedicadas a la prevención de violencias y los discursos misóginos y transfóbicos provenientes del gobierno reflejan una revancha patriarcal. Se trata de una decisión política que no solo implica recortes presupuestarios, sino también una cruzada antifeminista que se traduce en abandono y profundización de las desigualdades.
Cada femicidio es la expresión más extrema de este entramado de violencias, más aún cuando el poder político normaliza el odio y desfinancia la vida.
Según el Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano”, entre enero y agosto de 2025 se registraron 164 femicidios, casi uno por día, mientras que los crímenes de odio aumentaron un 70% respecto del año anterior. En este contexto, repudiamos profundamente los recientes femicidios ocurridos en nuestro país y reafirmamos la urgencia de recuperar la agenda de género.
Recuperarla no significa volver al punto de partida, sino repensar estrategias desde una política de los vínculos: colectiva, afectiva y performativa. Implica reconstruir las redes que los sectores reaccionarios buscan fracturar, defender los espacios de encuentro y reapropiarnos del espacio público como territorio de creación y cuidado.
Hoy hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad —legisladores, empresas, organizaciones, instituciones públicas y privadas— a reconstruir con urgencia una agenda de políticas públicas de género en todo el país. Es una responsabilidad colectiva y una necesidad impostergable.
Porque cuando el odio se organiza, las violencias se multiplican.
Y cuando la sociedad se organiza, la vida se defiende.
