Con cerca del 70% de los votos en el Distrito 9 y una proyección provincial que alcanzó el 83%, la lista “Arquitectos a las Cosas” logró la reelección de Diego Domingorena al frente del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (CAPBA 9). Este resultado es interpretado por la conducción como un mandato robusto para endurecer la postura institucional frente a las ineficiencias estatales y avanzar en una modernización tecnológica que redefina el ejercicio profesional hasta 2028.
El triunfo sobre la lista opositora “La Profesión Primero” (32%) otorga a la Mesa Directiva una “espalda política” inédita. Según comentó Domingorena en diálogo con el Retrato, esta legitimidad es crucial para que el Colegio intervenga con mayor firmeza en los debates urbanos de Mar del Plata, como el Código de Ordenamiento Territorial y la preservación patrimonial, superando la diplomacia para ejercer un rol de control y propuesta técnica vinculante.
El eje central de la nueva gestión será atacar uno de los nudos críticos de la actividad: la demora en la Dirección de Obras Privadas del Municipio. Domingorena calificó la situación actual de la dependencia como “desarmada y poco articulada“, advirtiendo que los plazos de aprobación, que pueden extenderse hasta nueve meses, paralizan la inversión y devalúan los proyectos.
Para contrarrestar esta parálisis, el Colegio, en alianza estratégica con el Colegio de Ingenieros y el de Técnicos, impulsará la implementación inmediata del Certificado de Documentación del Inmueble.
“Es una herramienta diseñada para acelerar los procesos de escrituración y la gestión de créditos, evitando que los expedientes duerman el sueño de los justos en las oficinas municipales”, explicó el presidente reelecto. Esta certificación no solo promete agilizar el mercado inmobiliario, sino que crea una nueva incumbencia rentada para los profesionales, quienes actuarán como validadores técnicos de la documentación, descomprimiendo la tarea del Estado.
En el plano operativo, el objetivo es la despapelización total de los procesos de control. Por eso, el proyecto insignia es el Libro de Obra Digital, que reemplazará al tradicional cuaderno de comunicaciones en obra. Esta migración al entorno virtual busca otorgar mayor seguridad jurídica a los directores de obra, garantizando la inalterabilidad de las órdenes de servicio y su trazabilidad legal, además de una mayor rapidez burocractica.
Sin embargo, el desafío tecnológico más complejo reside en la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA). Lejos de una postura ludita, la conducción propone una adaptación pragmática pero regulada. La preocupación institucional radica en la “mala praxis” derivada del uso de generadores de proyectos automáticos sin supervisión humana. “La IA es una herramienta, pero es indispensable que un profesional matriculado controle y firme lo generado. Hay una responsabilidad civil y penal sobre la habitabilidad y la seguridad que ningún algoritmo puede asumir”, sentenció Domingorena.
El escenario macroeconómico para el periodo 2026 se proyecta recesivo, con un agravante sustancial como es la desaparición de programas de estímulo estatal como el PROCREAR, que históricamente funcionaron como puerta de entrada al mercado para los arquitectos jovenes.
Ante la contracción de la obra nueva, la estrategia del Colegio se basará en diversificar el campo laboral mediante la tabulación de nuevas prácticas profesionales. Entre ellas destacan, el etiquetado energético de viviendas, la inspección y mantenimiento edilicio y el acompañamiento técnico en hábitat, es decir, la formalización de tareas en barrios populares y autoconstrucción asistida.
Por otro lado, la estructura que acompañará a Domingorena mantiene a personal clave de la gestión anterior. La arquitecta Paula Suero continuará en la Secretaría, mientras que Fabián Bruno renovará su cargo en la Tesorería. Un cambio significativo se da en el órgano de control ético: la actual tesorera, Adriana Lucchetti, asumirá como la primera mujer en la historia del distrito en presidir el Tribunal de Disciplina.
