El Jurado de Enjuiciamiento apartó a la magistrada de San Isidro por su participación en un documental que derivó en la nulidad del primer juicio por la muerte de Diego Maradona. El senador Ariel Bordaisco, integrante del tribunal, detalló las irregularidades probadas y advirtió sobre el daño institucional provocado a la Justicia bonaerense.
El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Provincia de Buenos Aires resolvió este martes, mediante un fallo unánime, la destitución inmediata de Julieta Makintach, titular del Tribunal Oral Criminal Nº 2 de San Isidro. La decisión, que conlleva la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, clausura el proceso disciplinario iniciado tras revelarse su participación protagónica en la producción audiovisual Justicia Divina, un proyecto que comprometió la integridad del debate oral por el fallecimiento de Diego Armando Maradona y forzó su postergación.
La sentencia, leída en el Anexo de la Cámara de Senadores bonaerense en La Plata, determinó que la funcionaria utilizó recursos del Estado para impulsar un emprendimiento personal, incurriendo en faltas graves que lesionaron el decoro y la imparcialidad exigidos por la magistratura. Makintach, quien optó por ausentarse durante la lectura del veredicto, pierde desde hoy sus fueros y el derecho a percibir haberes jubilatorios de privilegio, quedando expuesta al avance de las causas penales que tramitan en su contra en la UFI N° 1 de San Isidro por presunto cohecho, malversación de caudales y abuso de autoridad.
El senador provincial Ariel Bordaisco (UCR), quien integró el cuerpo de juristas y legisladores encargado de evaluar la conducta de la jueza, describió el proceso como exhaustivo y contundente. Según el legislador, la prueba ventilada durante las ocho jornadas de audiencia expuso un manejo del tribunal incompatible con el Estado de Derecho.
“Lo que se demostró es que hubo actitudes de la jueza Makintach orientadas a garantizar la realización de un proyecto audiovisual donde ella era protagonista, tomando decisiones procesales para favorecer la filmación”, explicó Bordaisco. El senador detalló maniobras inverosímiles para un magistrado en funciones, como “permitir el ingreso de cámaras cuando estaba prohibido, realizar entrevistas dentro de tribunales un domingo o arrogarse la presidencia del tribunal sin tener la titularidad, únicamente para direccionar el debate hacia el documental”.
Para el jurado, presidido por la titular de la Suprema Corte Hilda Kogan, la gravedad no residió solo en la frivolidad del acto, sino en la ruptura del contrato de confianza con la ciudadanía: “La Justicia debe dar ejemplaridad. Cuando un ciudadano pone su libertad o su patrimonio en manos de un juez, confía en su imparcialidad. Aquí se puso en juego el prestigio del sistema judicial sobre la base de un proyecto personal”, sentenció Bordaisco.
La destitución de Makintach trasciende es también un daño irreparable al proceso judicial más mediático de la última década. Las irregularidades de la exmagistrada, quien actuaba como vocal subrogante en el TOC Nº 3, obligaron a declarar la nulidad del juicio, dejando en suspenso la resolución sobre la responsabilidad de los siete profesionales de la salud imputados por la muerte de Maradona. “Estas conductas llevaron a que la familia no sepa qué sucedió y tenga que enfrentar nuevamente un juicio, con la prueba ya producida y la consecuente revictimización”, analizó el senador marplatense.
Con la sentencia, Makintach podrá ejercer la abogacía de forma privada, si logra matricularse, pese a la oposición del Colegio de Abogados de San Isidro, impulsor de su destitución, pero las puertas del Estado le han sido cerradas de por vida.
