Facundo Alvanezzi: “El fútbol está huérfano de afecto y de pasión”

El formador marplatense, que acaba de regresar tras ocho meses perfeccionándose en España, sostiene que la enseñanza debe comenzar con un abrazo y que la parte afectiva es fundamental para el aprendizaje. Destacó a Mar del Plata como semillero de talentos reconocido mundialmente y adelantó que trabaja en un proyecto para la ciudad enfocado en la formación de jugadores y entrenadores.

Facundo Alvanezzi regresó a Mar del Plata después de ocho meses de trabajo intenso en España, donde armó una academia y retomó vínculos con referentes del fútbol europeo. El formador marplatense, reconocido por su enfoque artesanal en la enseñanza, vuelve con la intención de desarrollar un proyecto en la ciudad que priorice la calidad de la formación y el cuidado del talento local.

Me perfeccioné, me relacioné con un montón de gente, retomé vínculos que hacía muchos años que no estaba en actividad“, explicó. La decisión de volver responde a un tema familiar, pero también a la voluntad de canalizar en la ciudad el conocimiento absorbido durante su estadía en Europa.

Alvanezzi defiende una filosofía de formación que pone el afecto en el centro del proceso de aprendizaje. Para el entrenador, la recepción de los jugadores, desde los ocho hasta los veintiún años, debe estar marcada por la cercanía física y emocional. “El hecho de abrazarlos, de estar cerca de ellos, es mostrarles una cercanía con la cual uno se va a aproximar a una enseñanza mesurada que no tiene nada que ver en contrapartida con que uno sea después exigente en lo que tiene que ver con el tema laboral estrictamente hablando”, sostuvo.

Desde el afecto se puede corregir y perfeccionar

“Desde el afecto se puede corregir, se puede perfeccionar, se puede educar a la persona, se puede ayudar, se los puede causar. Hay un montón de factores en los cuales uno engloba con un abrazo las muestras de afecto y de cariño con las que vos recepcionás”, explicó. Y agregó: “Siempre que el chico se incorpore de esa manera, tiene una facilidad mucho más grande para el aprendizaje porque se ve y se siente contenido desde el inicio, que no es un dato menor”.

Además, el formador cuestionó la frialdad con la que se maneja la enseñanza en muchos clubes. “Con tantos años de fútbol y en la formación, tanto en Argentina como en el mundo por donde recorrí, veo que muchas veces es solamente el mero hecho de que vienen, entrenan, se van, y a veces ni un chau. No hay un diálogo, no se le pregunta por la familia, por los padres, por el colegio. Soy consciente de que el fútbol hoy en día está huérfano de afecto y de pasión. Y esto sucede en todos lados”.

Por otro lado, Alvanezzi destacó el potencial del fútbol marplatense y su reconocimiento a nivel internacional. “El potencial del fútbol de Mar del Plata siempre ha sido fantástico, superlativo, en todo lo que tiene que ver con la calidad. Mar del Plata tiene un semillero muy importante de niños y de jóvenes talentos que no en vano están distribuidos en todo el mundo. Eso hace de que la ciudad sea vista en el mundo entero, y ni hablar de la Argentina, como una gran fuente de proyección en cuanto a los jugadores”, afirmó. El formador también reivindicó la calidad de los entrenadores locales. “Ni hablar también de la calidad de los formadores, porque la calidad del formador argentino es muy reconocida”

“Mar del Plata es una cuna de talentos”

Mas adelante agregó: “Mar del Plata es una cuna de talentos, de formadores, de dirigentes de mucho prestigio, que han hecho que la ciudad sea mirada. No en vano los grandes clubes de la ciudad y del mundo vienen a reclutar futbolistas a la ciudad, lo que significa que la tarea y el trabajo que se desarrolla es superlativo”.

Alvanezzi identifica el rango que va de los cinco a los quince años como la “Edad de Oro” del fútbol formativo. A los quince, los jugadores atraviesan una etapa crítica en la que se define si continúan con su carrera o abandonan el sueño: “es donde ellos se pueden proyectar o para seguir y tener un desarrollo propicio de su carrera incipiente de futbolista, o normalmente abandonan. Porque hay un montón de pormenores en el medio“, explicó. El formador identificó las presiones familiares, sociales, económicas y de intermediarios como factores que dificultan el desarrollo de los jóvenes.

En ese contexto, Alvanezzi subrayó la importancia de que los formadores estén preparados para acompañar emocionalmente a los jugadores. “Es fundamental en esas edades el afecto, el cariño, el hablar, hablar mucho, el dejar que ellos se equivoquen mucho, el asesorarlos, el aconsejarlos, estar cerca. Y para eso la cabeza del formador y el formador en sí tiene que estar muy preparado para todo tipo de vinculaciones y situaciones emocionales que se le puedan llegar a presentar para poder ayudar al joven”, afirmó.

Las diferencias entre el futbol argentino y el europeo”

Respecto a su pasada por Europa, el formador destacó que las principales diferencias entre el fútbol argentino y el europeo: “A nivel internacional, en el fútbol universal, no hay tantos misterios, porque siguen siendo jugadores de fútbol en forma individual que juegan colectivamente 11 contra 11. Las grandes diferencias radican en lo que tiene que ver con las estructuras, en la parte organizativa, a veces en la parte metodológica, en los calendarios de competitividad y fundamentalmente en el hecho de trabajar en equipo”, explicó.

Alvanezzi mencionó que los grandes clubes europeos como Barcelona, Manchester City, Bayern Munich o Real Madrid cuentan con cuerpos técnicos de más de diez personas en las divisiones inferiores, lo que permite un trabajo coordinado y una metodología compartida. “Esa tarea de trabajo en equipo yo estoy muy compenetrado, y a veces es una de las cosas que me ha costado llevar adelante acá en Argentina. Por una cuestión de que nosotros vivimos en una sociedad de corte netamente individualista. Es nuestra esencia, están en nuestros genes“, sostuvo.

El formador ya adelantó que ya está trabajando en un proyecto para la ciudad, aunque prefirió no dar detalles hasta que esté consolidado. “Estoy en un momento de mi vida donde quiero disfrutar de mi pasión, de mi profesión o de mi vocación, por así decirlo, que es enseñar a los chicos, a los formadores, y abrir un amplio espectro de conocimiento para nutrir a los chicos y tratar de ofrecerles alguna posibilidad, alguna variante, pero todo con mucha calma, con mucha serenidad, algo que sea muy manejable“, expresó.