El titular del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Marcos Gutiérrez, evaluó el estado operativo del puerto, analizó la crisis pesquera de 2025 y detalló los avances en dragado, infraestructura y diversificación de actividades. La gestión apunta a preservar el perfil multipropósito y reforzar la capacidad logística en un contexto nacional de ajuste y desinversión.
El titular del Consorcio Portuario destacó el acompañamiento tanto en distintas obras, como en el dragado del Gobierno de la Provincia bajo el mano de Axel Kicillof, que fueron vitales para lograr el cometido alcanzado en trabajos prioritarios para el desenvolvimiento de la maxima estacion marítima marplatense, que se concretaron sin el respaldo del Gobierno Nacional.
Con la obra de dragado en etapa final, un primer semestre con incremento exportador y un sistema pesquero en proceso de reacomodamiento tras meses de paralización, la gestión de Marcos Gutiérrez intenta sostener la actividad económica del puerto en un escenario condicionado por la falta de recursos nacionales y la demanda creciente de previsibilidad por parte de empresas y trabajadores.
Gutiérrez recordó que el puerto había registrado “un incremento por encima del 35 % de las exportaciones en el primer semestre”, aunque la salida de la naviera CMA CGM redujo el ritmo previsto para la segunda mitad del año. La desvinculación, explicó, respondió a “cuestiones propias de la política privada de la empresa” y a ajustes en los volúmenes de producción de Langweston. Aun así, proyectó que 2025 cerrará “por encima de lo que fue el año 2024”.
La pesca marcó buena parte de la agenda del año. La paralización prolongada de la flota, las tensiones salariales y la caída de precios internacionales afectaron a trabajadores, empresas y servicios de estiba. Gutiérrez evitó calificar el proceso como una crisis, pero reconoció su impacto: “La situación generó tensiones en diversos ámbitos. Algunas empresas pudieron reacomodarse, otras tuvieron pérdidas. El mercado internacional viene generando incomodidad en términos de precios”.
En ese marco, el Consorcio dispuso medidas de alivio, particularmente para el sector del fresco, mediante la reducción temporal de costos portuarios. Según el funcionario, esas decisiones buscaban “ponerse a la altura de la necesidad” y acompañar la política provincial para sostener la cadena productiva.
La industria naval también enfrenta desafíos. Sin renovación de flota y sin inversiones privadas de magnitud, astilleros y talleres del puerto operaron con menor carga de trabajo. “La inseguridad económica hace que los astilleros atraviesen situaciones sumamente incómodas”, indicó Gutiérrez, quien cuestionó además la intención del Gobierno nacional de permitir la incorporación de buques construidos en el exterior. La medida, sostuvo, implicaría “perder mano de obra, perder industria nacional y perder capacidad tecnológica”.
Uno de los proyectos estructurales de la gestión es el plan de intervención sobre los buques inactivos. El Consorcio firmó un convenio con la Base Naval para disponer de un varadero que permita invertir, reparar o desguazar buques que llevan años inmóviles. “Necesitamos lugares operativos”, afirmó. La acumulación de cascos muertos ha sido históricamente uno de los principales obstáculos para ampliar la capacidad del muelle.
El otro instrumento clave es el dragado. La obra iniciada en febrero superó los volúmenes previstos debido a contingencias climáticas y alcanzará “arriba de un millón de metros cúbicos removidos” de sedimentos marítimo. Gutiérrez anticipó que finalizará en las próximas dos semanas y destacó que, por primera vez, el dragado se financió íntegramente con fondos del Consorcio, tras la retirada del Gobierno nacional de cualquier inversión en obra pública. La intervención, explicó, no ampliará el porte máximo de los buques autorizados pero sí otorgará “mayor seguridad y previsibilidad”.
El vínculo con la industria offshore es otro eje estratégico. Durante las campañas de prospección, el puerto funcionó como base de abastecimiento. “El puerto estuvo a la altura y resolvió todas las necesidades de carga y descarga de los Suppliers”, detalló. Según Gutiérrez, la ciudad cuenta con capacidades técnicas y formativas (como universidades, escuelas técnicas, centros de investigación) que permitirían sostener la demanda logística en la etapa futura de explotación.
Desde la salida de buques hasta la logística de carga, la atención está puesta en evitar interrupciones y sostener la actividad. “Hay un movimiento nuevo”, sintetizó Gutiérrez, aunque aclaró que la recuperación total depende de que no haya nuevas medidas nacionales que afecten al sector.
