“La violencia no puede ser la respuesta”: exigen protocolos tras el ataque a la Escuela 21

Cientos de trabajadores de la educación marcharon este miércoles en Mar del Plata para reclamar medidas de protección tras la agresión a directivos y auxiliares durante los disturbios del martes. Directores de distintas escuelas relataron situaciones similares de violencia sin respuesta institucional y los gremios señalaron al vaciamiento de políticas públicas y a la falta de articulación entre organismos estatales como factores que agravan la situación.

La movilización convocada por Suteba, ATE, FEB, Udocba y el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) reunió a directivos, docentes y auxiliares en las inmediaciones del municipio. El reclamo central fue poner fin a la violencia en las escuelas y la incorporación de herramientas concretas para prevenir y actuar ante episodios de violencia que, según los testimonios, se repiten con frecuencia en las escuelas públicas de General Pueyrredon.

La escuela no produce violencia, la sociedad la produce“, afirmó Gustavo Santos Ibáñez, secretario general de Suteba Mar del Plata. “La escuela es caja de resonancia de lo que sucede afuera. Y lo que pasa es que debe haber prevención, y para que haya prevención deben actuar no solamente la gestión educativa provincial y local, sino también otros efectores como los equipos de salud, el Centro de Protección de Derechos del Municipio (CPDeN) y otros instrumentos estatales que están vaciados y no tienen presupuesto“.

Ibáñez reclamó la aplicación urgente del Acuerdo Paritario de Resguardo y Reparación, aprobado por la Legislatura bonaerense, que establece mecanismos de protección para infancias, jóvenes y docentes ante situaciones de violencia. Según el dirigente, ese acuerdo no se está implementando en el distrito. También señaló la falta de funcionamiento del Consejo Local de la Niñez, del CPD (Centro de Protección de Derechos) y la ausencia de respuesta de la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) de la provincia cuando los trabajadores son agredidos.

Directivos en primera línea

Marina Tomasi, directora de la Escuela Primaria 42, describió el clima de desprotección que los docentes viven a diario: “Vivimos una violencia inusitada de parte de muchas familias que no comprenden el protocolo que nosotros tenemos. Por ahí las familias esperan otra respuesta que la escuela a veces no les puede dar sola” relató. Tomasi reclamó mayor acompañamiento del sistema de seguridad, botones antipánico en los establecimientos y una línea directa con jefes de seguridad para situaciones de emergencia. “Nos encontramos muy solos“, insistió.

Anabella Cornejo, directora de la Escuela 34, ubicada a ocho cuadras de la Escuela 21, relató que el martes debió pedirles a sus docentes que se quitaran el guardapolvo para protegerlos de posibles confusiones con personal de la institución atacada. Cornejo recordó como una colega de la Escuela 63 fue golpeada dos veces por familiares de alumnos. “Nadie nos defiende“, denunció.

La directora defendió el accionar de su par de la Escuela 21 y cuestionó la reacción violenta de las familias. “Yo conozco a la directora de la 21, sé cómo trabaja, sé que es una persona súper inclusiva y del diálogo. Lo que pasó es violencia. Fueron, rompieron instituciones, pegaron a docentes. Hay una entidad que es la justicia que tiene que comprobar primero, antes de ir y romper”.

Virginia Rodríguez Moure, vicedirectora de la Escuela Municipal 9, coincidió en que la violencia hacia directivos y docentes es un fenómeno cada vez más recurrente: “Llevo 21 años dentro de las escuelas y la realidad es que esto que viene pasando es muy preocupante. Algunas de las cosas no fueron expuestas, los medios no las saben, pero nosotros como colegio nos enteramos de todo”, señaló. Moure planteó la necesidad de revisar los protocolos de cuidado hacia los trabajadores de la educación. “Habría que revisar cómo nos cuidan a los docentes. Parece que eso es lo que falta”, afirmó.

El vaciamiento de políticas públicas

Desde ATE, la secretaria general Claudia Rey vinculó la crisis en las escuelas con el desmantelamiento de organismos estatales a nivel nacional y municipal. “Se han despedido a nivel nacional más de 50.000 trabajadores del Estado y eso repercute e impacta en las políticas públicas, porque las trabajadoras y trabajadores del Estado somos vehiculizadores de políticas. Sin trabajadores, las políticas desaparecen“, explicó.

También advirtió sobre el impacto del discurso político a nivel nacional. “Tenemos un gobierno nacional que insiste en que no se odia lo suficiente, y eso impacta directamente en las escuelas. Un territorio que nosotros venimos planteando como un territorio de paz termina siendo un territorio de disputa”, sostuvo.

Desde el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM), se destacó la vulnerabilidad de los auxiliares, porteros y secretarios escolares, quienes suelen ser la primera cara visible en las instituciones. “Quedó demostrado con lo que sucedió en la escuela 21 que la cara del docente, la cara de los auxiliares es la primera cara que ven los padres, y el diálogo a veces no se puede establecer. Están completamente solos“, señalaron.

Los gremios insistieron en que la situación de la Escuela 21 no es un caso aislado. En los últimos meses se registraron episodios similares: “La situación de violencia hoy está a la orden del día”, resumió Rey.

Los docentes y directivos coincidieron en que su herramienta de trabajo es la palabra, el diálogo y la escucha. Pero también advirtieron que esa herramienta resulta insuficiente cuando la violencia irrumpe sin mediación. “La escuela es un territorio de paz, no es un territorio de violencia. Pero estamos lejos de esa consigna“, admitió Moure. “Me parece que como sociedad tenemos que cambiar y volver a poner en valor la escuela”.