El 13 de noviembre, en el marco del Día Nacional de la Lucha contra el Grooming, sobrevivientes de abuso sexual infantil, familiares y organizaciones sociales se manifestarán frente a los tribunales de Brown y Tucumán. La convocatoria, impulsada por Justicia Activa en Abuso Sexual contra las Infancias y Adolescencias (J.A.A.S.C.I.A.), se realizará bajo la consigna “La verdad no prescribe. Los dibujos lo describen y las víctimas lo gritamos desde el alma”, en un llamado a visibilizar la impunidad judicial y exigir un abordaje estatal integral de los delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes.
Desde 2018, la Ley 27.458 establece el 13 de noviembre como Día Nacional de la Lucha contra el Grooming. Sin embargo, las organizaciones decidieron extender el sentido de la jornada y enlazarla con el 19 de noviembre, Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual contra las Niñeces, y el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
En ese marco, las y los manifestantes expondrán dibujos realizados por infancias víctimas y sobrevivientes, como un gesto simbólico que busca traducir en imágenes lo que muchas veces no puede expresarse con palabras. “El arte es una forma de memoria. Los dibujos cuentan lo que la Justicia todavía no escucha”, señalan desde J.A.A.S.C.I.A.
Entre las voces más activas se encuentra la de María de los Ángeles Tobio, conocida como Marita, sobreviviente de abuso sexual intrafamiliar y referente del colectivo. Su caso, uno de los primeros en tramitar un juicio por la verdad en Mar del Plata por una causa prescripta, es uno de tantos ejemplos del reclamo por celeridad judicial y reparación simbólica.
“Mi juicio está esperando fecha desde 2021. Es el primero en Mar del Plata por una causa de violencia sexual infantil. Lo que pedimos no es una condena, sino el reconocimiento del daño y del derecho a la verdad”, explicó Tobio.
El caso de Tobio expone las limitaciones del sistema judicial local en materia de abordaje de violencias sexuales contra las infancias. Según el colectivo convocante, en Mar del Plata no existen fiscalías especializadas, ni mecanismos eficaces de coordinación entre el fuero penal y el fuero de familia, donde terminan derivadas la mayoría de las denuncias intrafamiliares.
“Más del 80 por ciento de los abusos son cometidos dentro del ámbito familiar. Sin una articulación entre fueros, las causas se pierden en el laberinto procesal”, explica Tobio. La consecuencia son archivos, prescripciones y revinculaciones forzadas con los agresores.
Para Marita, el problema excede la falta de recursos y radica en una ausencia de perspectiva especializada. “No hay formación adecuada en quienes investigan ni protocolos claros de acompañamiento. En Mar del Plata la impunidad brilla, porque los casos se demoran, se dilatan y las víctimas terminan agotadas”, afirmó.
Esa demora, según describe, equivale a una forma de violencia institucional. “Las víctimas pueden tardar diez años en llegar a un juicio. Nos hacen declarar varias veces, reviviendo todo, mientras los victimarios no son cuestionados. La Justicia nos vuelve a poner en el lugar del daño”
El juicio por la verdad que impulsa Tobio, es decir, una figura jurídica que permite reconstruir hechos aun sin posibilidad de condena penal, busca sentar un precedente en la justicia marplatense. Utilizado originalmente para esclarecer crímenes de lesa humanidad, el mecanismo se extiende hoy a delitos de abuso sexual prescriptos, cuando el objetivo es obtener memoria, reconocimiento y reparación moral.
“Para mí el juicio por la verdad es libertad. Es sanación. Es poder reconstruir una historia y demostrar que fue verdad”, sostuvo Tobio. En su caso, los abusos fueron cometidos durante su infancia por su padre, su abuelo y su tío paterno, todos integrantes de una misma estructura familiar que operó bajo amenazas y silencio. “Yo rompí el silencio por miedo a que mi hija fuera una víctima más. Cuando hablé, pensé que la Justicia iba a protegernos, pero la causa estaba prescripta y no tenía ni botón antipánico. La lucha empezó ahí”, relató.
El pedido de juicio fue presentado en 2021. Desde entonces, el expediente no tiene fecha de audiencia. “La dilación es una forma de castigo. No quiero una condena penal, quiero que se sepa la verdad. Que la sociedad lo escuche y que el sistema reconozca que esto pasó”
Durante la manifestación, los asistentes llevarán pañuelos rojos y amarillos: los primeros simbolizan la alerta frente al peligro y la impunidad, los segundos, la prevención y la esperanza de reparación. “Nos unimos al grito global: Yo sí te creo. Porque las infancias no mienten, porque la verdad no caduca y porque la Justicia debe garantizar nuestro derecho a la verdad”, señala la convocatoria.
