A dos décadas del “No al ALCA”, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó en Mar del Plata el acto central de conmemoración de la IV Cumbre de las Américas de 2005, donde los países latinoamericanos rechazaron el acuerdo de libre comercio impulsado por Estados Unidos. Desde el escenario del Teatro Auditorium, el mandatario bonaerense definió aquel acontecimiento como “una nueva declaración de independencia de los pueblos de América Latina” y lo vinculó con la necesidad actual de construir una alternativa política frente al rumbo del gobierno nacional.
Durante el encuentro, que reunió a organizaciones sociales, sindicales y políticas, Kicillof destacó que el “No al ALCA” fue “una victoria del pueblo latinoamericano” y no solo de los gobiernos que lo protagonizaron. “Aquello no fue un gesto diplomático, sino el resultado de luchas sostenidas por décadas contra un modelo de dominación económica”, señaló. En esa línea, afirmó que la unidad regional sigue siendo una condición ineludible para el desarrollo soberano, y sostuvo que su gobierno “tiene la responsabilidad de recuperar esa agenda y proyectarla al futuro”.
El acto, que se desarrolló bajo el lema “20 años del No al ALCA: soberanía, integración y futuro”, contó con la participación de referentes sindicales y sociales como Hugo Yasky, Hugo Godoy, Marita González, Rafael Freire y Mónica Valente, entre otros. Las intervenciones coincidieron en que el clima político actual exige reponer el espíritu de cooperación regional y defensa del trabajo que emergió en 2005.
En su discurso, Kicillof vinculó directamente aquella resistencia al ALCA con las políticas que hoy promueve el Ejecutivo nacional. “Ya probamos la apertura importadora y destruyeron la industria argentina; ya probamos la flexibilización laboral y no se creó un solo puesto de trabajo. Es vino viejo en vasijas nuevas: lo que se intenta imponer hoy no es nuevo, es la reedición de políticas que fracasaron y dejaron al país en ruinas”, sostuvo.
El gobernador planteó además que Argentina atraviesa un proceso de “subordinación económica y política” que contradice las experiencias internacionales actuales. “Mientras las potencias invierten en ciencia y tecnología, aquí se desfinancia el CONICET, el INTA y las universidades públicas. Nos proponen políticas que ni siquiera forman parte del temario económico de las principales naciones del mundo”, advirtió.
En el tramo más político de su intervención, Kicillof trazó una proyección hacia las elecciones de 2027, y afirmó que “estamos obligados a elaborar y transmitir una alternativa de desarrollo nacional. No hay posibilidad de crecimiento si no es en el marco de la unidad latinoamericana”. Según expresó, ese horizonte debe construirse “desde abajo hacia arriba, con los pueblos, los sindicatos y las organizaciones sociales”, para luego convertirse en programa de gobierno.
Por su parte, Hugo Yasky, diputado nacional y secretario general de la CTA, subrayó que “el gran desafío es construir la unidad popular” y que “con el peronismo o el kirchnerismo solos no alcanzan”. En su mensaje, respaldó la figura del gobernador bonaerense y advirtió que “no hay destino para la Argentina fuera de la integración continental”.
