La liberación de precios mayoristas marcará un nuevo capítulo para el mercado eléctrico

En diálogo con el Retrato, Nadia Sager, CEO y fundadora de GEINSA, analizó el alcance y las implicancias del nuevo esquema de precios mayoristas de electricidad, cuya implementación comienza este 1° de noviembre. Según la especialista, se trata de un cambio estructural que busca reactivar la inversión y dar previsibilidad al sector, aunque requerirá una transición gradual de al menos cinco años.

“La liberación de precios mayoristas en electricidad implica un cambio estructural donde el Estado pasa de ser un empresario a un garante de reglas claras, permitiendo la libre contratación entre generadores, distribuidores y grandes consumidores para fijar precios. El objetivo es fomentar la competencia, atraer inversiones privadas, modernizar la infraestructura, y hacer que los precios reflejen los costos reales del suministro a través de un sistema de precios marginales”.

“La medida representa un hito para el mercado eléctrico argentino”, destacó en diálogo con El Retrato, Nadia Sager, CEO y fundadora de GEINSA, quien explicó que el Gobierno intenta desandar dos décadas de fuerte intervención estatal, en las que se definieron precios, subsidios y mecanismos de incentivo a través de normativa. “Lo que se busca ahora es limpiar ese entramado y volver a un sistema marginalista, como el que existía antes. No es un proceso sencillo porque hay muchos contratos y compromisos adquiridos que deben respetarse”, señaló.

La empresaria anticipó que el camino hacia la liberalización total será gradual: “Habrá una transición de unos cinco años, en los que se irán ajustando los valores y condiciones para alcanzar un mercado más libre”. En ese proceso, la señal de precios jugará un rol clave, ya que incentivará la contratación directa entre generadores y grandes usuarios, lo que a su vez impulsará nuevas inversiones.

“El que se quede en el mercado spot verá precios más elevados y volátiles, y eso lo va a llevar naturalmente a contractualizar”, explicó. “Un contrato, en cambio, te da previsibilidad y certeza sobre lo que vas a pagar”.

Según Sager, esta dinámica permitirá que los generadores encuentren respaldo financiero para expandir la oferta de energía: “La secuencia es: más contratos implican más inversión, más inversión genera mayor capacidad de generación, y con eso los precios tienden a estabilizarse”.

Consultada sobre el impacto de esta medida en los consumidores individuales, Sager aclaró que los hogares residenciales no deberían sufrir aumentos inmediatos o bruscos, ya que seguirán recibiendo energía proveniente de contratos firmados por CAMMESA con generadores y del aporte de centrales hidroeléctricas y nucleares. “El costo que se traslada a los residenciales y comerciales es menor porque se les asignan esos contratos. Por eso, el impacto será mucho más leve. Es un error pensar que la liberación afectará directamente al vecino que paga la boleta de luz”, explicó.

Sin embargo, los grandes usuarios industriales y las pymes que consumen altos volúmenes de energía sí enfrentarán mayores desafíos. “Las pymes que hoy están dentro de la distribuidora, los llamados GUDIs, van a estar impulsadas a salir al mercado para conseguir mejores precios. Si se quedan dentro del esquema tradicional, quedarán expuestas a un precio spot volátil y sin garantía de abastecimiento”, advirtió.

En ese contexto, las pequeñas y medianas empresas podrían comenzar a convertirse en agentes directos del mercado eléctrico, negociando contratos que les den mayor control sobre sus costos energéticos.

La resolución que habilita la liberalización de los precios, la número 400/2025, comenzará a aplicarse desde el 1° de noviembre, marcando el inicio de una nueva etapa en la política energética argentina. Aunque Sager consideró que la medida es necesaria para dar señales de inversión y eficiencia, también señaló que quedan aspectos por definir, como la actualización de tarifas residenciales en pesos y la creación de mecanismos de compensación o tarifas sociales. “Falta ver cómo se aplicará ante escenarios de devaluación o suba de costos, pero el cambio de paradigma ya está en marcha”, sostuvo.

La CEO de GEINSA concluyó que, más allá de la complejidad inicial, el proceso apunta a recuperar la lógica de mercado y fomentar un entorno más competitivo y sustentable. “Parece contradictorio que un aumento de precios sea algo positivo, pero en este caso es la señal necesaria para atraer inversiones y estabilizar el sistema en el mediano plazo”, resumió.