Luego el contundente triunfo en las elecciones legislativas, Guillermo Montenegro suena en la Casa Rosada como uno de los principales candidatos a suceder a Luis Petri en el Ministerio de Defensa. Tambien se supo que existen hay altas probabilidades de que el presidente no le acepte la renuncia a Mariano Cúneo Libarona y el abogado deba seguir en funciones sin plazo definido. Asistió además este domingo al búnker libertario en el hotel Libertador y el jefe de Estado lo mencionó durante su discurso. “No hay nada descartado. Hay intenciones de que siga”, expresan en Nación.
El primer mandatario busca hacer equilibrio entre los dos bandos internos, que profundizan las tensiones para quedarse con lugares en el gabinete. En el oficialismo apuntan al viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, como sucesor, pero insisten en que no está cerrada su futura designación. “Es posible que algunos cambios se dilaten hasta por lo menos diciembre”, agregan.
Aplica también para el caso del jefe de gabinete, Guillermo Francos, que habló desde el centro de cómputos para comunicar la publicación de los resultados electorales y recibió críticas internas por la extensión de la introducción. En la Casa Rosada insisten con su salida y con la del ministro del Interior, Lisandro Catalán, pero descartan el desembarco del asesor Santiago Caputo.
En el Gobierno ganó fuerza en las últimas horas la posibilidad de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, desembarque en la jefatura de gabinete en el mediano plazo, luego de jurar como legislador porteño. El secretario de Comunicación fue uno de los pocos invitados a subir al escenario con el presidente.
El resultado de las elecciones nacionales fue tan bueno para La Libertad Avanza que el Gobierno decidió postergar los anuncios de cambios en el Gabinete que iba a realizar este mismo lunes. “Es tiempo para que fluya el optimismo de la victoria que tuvimos”, comentó una fuente inobjetable de la Casa Rosada., en medio de la euforia por la suba de los bonos y las acciones argentinas en los mercados.
El presidente Javier Milei optó junto a su equipo que lo que imperara fuera el mensaje de su discurso de la noche en el búnker de La Libertad Avanza, en el que llamó a un amplio acuerdo con los gobernadores y legisladores que estén dispuestos a debatir diferentes iniciativas reformistas de cara al año próximo, cuando el Congreso Nacional tomará especial vitalidad para la hoja de ruta libertaria.
En la previa de las elecciones, todas las tribus del oficialismo comentaban que iba a haber cambios estructurales en el Gabinete: tanto por las salidas anunciadas de funcionarios a los respectivos cargos legislativos en los que fueron electos como por modificaciones estructurales en el sistema de toma de decisiones políticas al interior del Ejecutivo. Esto último no es otra cosa que decidir qué sector de la Casa Rosada iba a tener mayores atribuciones en términos gubernamentales o tareas específicas para negociar con la oposición dialoguista.
“El Gabinete se va a construir a la luz del nuevo Congreso. Lo importante es conseguir las reformas. El instrumento es el nuevo Gabinete y lo tengo que armar”, aseguró en diálogo con el periodista Antonio Laje en A24.
De todas maneras, el jefe de Estado ya tiene en mente a quiénes pondrá en el nuevo esquema del Gabinete. Parece ser una certeza que después de haber ganado con el 50% de los votos en la Ciudad, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, se ganó el derecho de elegir a su reemplazante. La persona que quiere es su secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva.
El Presidente tiene decidido no fusionar Seguridad Nacional con el Ministerio de Justicia. La semana pasada, el titular de la cartera judicial, Mariano Cúneo Libarona, confesó que a partir del lunes iba a renunciar a su cargo. Quien seguirá teniendo ascendencia en esa área será el asesor presidencial Santiago Caputo, quien tiene como principal representante al secretario de Justicia, Sebastián Amerio, que en los hechos es quien tiene el poder político en el Ministerio
