Puerto Pollensa: la playa que inspiró un himno del amor prohibido

En una pequeña bahía del norte de Mallorca, entre aguas calmas y montañas que se reflejan en el Mediterráneo, nació una de las canciones más emblemáticas de la música popular argentina. Puerto Pollensa, escrita por Marilina Ross en 1981 e inmortalizada por la voz de Sandra Mihanovich, lleva en su título el nombre de esa playa balear que se convirtió en refugio de un amor clandestino.

La historia comienza durante el exilio de Ross en España, cuando la actriz y cantante encontró en ese rincón mallorquín un escenario ideal para vivir un romance que, en aquel tiempo, debía mantenerse lejos de la mirada pública. De regreso a la Argentina, en plena dictadura militar, la artista transformó aquella experiencia en una letra cargada de metáforas: un amor que germina en secreto, con miedo, pero que al mismo tiempo se atreve a buscar la luz.

La canción no tardó en adquirir un valor simbólico. Con frases como Tal vez el miedo no dejó que apareciera” o “como una semilla que no puede ver la luz”, el tema se convirtió en un canto de resistencia frente a la censura y, con el tiempo, en un verdadero himno para la comunidad LGBT en el país.

Sandra Mihanovich fue quien la llevó a la masividad. En 1982 lanzó el disco Puerto Pollensa, grabado en los estudios ION, y su interpretación dio a la obra un vuelo que la convirtió en clásico. Sin embargo, la propia Mihanovich no conoció la playa que inspiró la canción hasta más de tres décadas después: en 2014 viajó junto a Ross para caminar por la arena y contemplar los amaneceres que la letra inmortalizó.

Hoy, Puerto Pollensa ya no es solo un destino turístico de Mallorca. Para la música argentina, es el símbolo de un amor que desafiaba las normas de su tiempo, y que encontró en la poesía y la melodía el modo más bello de perdurar.