Norma Mario: La mujer que soñó las estrellas y que hoy son un simbolo de Mar del Plata

(el Retrato en España) Desde hace dos décadas, Norma Mario, marplatense por adopscion contempla el Mediterráneo desde su casa en Puerto Pollensa, Mallorca. Las olas suaves de las Baleares traen, a veces, el eco de otro mar: el del Atlántico que baña Mar del Plata, la ciudad donde vivió sus años más intensos y donde, junto a Lucho Martínez Tecco, ayudó a dar forma a uno de los símbolos más perdurables del verano argentino: los Premios Estrella de Mar.

A mí me alegra haber vivido todo eso. Me hace feliz. Haber participado, haber colaborado.” dice Norma en un ameno diálogo con el Retrato , con la serenidad de quien sabe que dejó una huella. Su voz, pausada, deja entrever la emoción de aquel tiempo de sueños y desafíos, cuando la ciudad balnearia se preparaba para celebrar su centenario y para convertirse en el epicentro de la cultura nacional.

El nacimiento de una estrella

Corría el año 1973. La Secretaría de Turismo del partido de General Pueyrredón, dirigida por el carismático Lucho Martínez Tecco, buscaba una forma de jerarquizar la oferta teatral de cada verano. “Lucho quería que viniera lo mejor del espectáculo, que Mar del Plata fuera sinónimo de calidad,” recuerda Norma en su charla con el Retrato

Fue entonces cuando surgió la idea: un premio que reconociera la excelencia de los artistas y las producciones que llegaban a la ciudad, algo que, al mismo tiempo, sirviera de incentivo y promoción turística.

“Él pensó en algo como el Martín Fierro o el Oscar. Un premio con brillo propio, con proyección nacional e internacional”, cuenta.

Un día, caminando hacia su oficina en Turismo, Norma se cruzó con una imagen que sellaría la historia. “Venía por la costa y veía las estrellas de mar varadas en la arena. Le dije a Lucho: ‘¿Por qué no una estrella de mar?’. Él me miró y dijo: ‘¡Ese es el nombre!’. Coincide con las estrellas del espectáculo y con el mar de nuestra ciudad’.”

Así nació el nombre y el símbolo que, cinco décadas después, sigue marcando cada temporada marplatense.

La primera gala y los grandes nombres

La primera entrega de los Premios Estrella de Mar se celebró en el Salón Delfín del Hotel Provincial, que estaba a cargo e Florencio Aldrey. Entre los ganadores de aquella edición fundacional estuvieron, entre otros, Nuria Espert, Gianni Lunadei, China Zorrilla, Antonio Gades, Les Luthiers y el Circo Thiani.

El jurado reunió figuras notables del periodismo y la cultura, como Horacio de Dios, Jorge Jacobson, Ignacio Ezcurra, Erik Nion, Gregorio Nachman y Pupeto Mastropascua, entre otros.

Fue algo modesto, con poca gente, pero de una trascendencia enorme.” dice Norma. “A partir de entonces, cada temporada comenzó a mirar hacia Mar del Plata no solo por sus playas, sino también por su arte y su cultura.”

Los primeros trofeos eran sencillos: una base de madera y una estrella dorada que fue realizada por Raúl Milano. Pero su brillo simbólico superaba cualquier lujo material. Era el reconocimiento de una ciudad que quería celebrar el arte.

El centenario y el despertar de una ciudad

Mientras los Estrella de Mar daban sus primeros pasos, Mar del Plata se preparaba para su gran fiesta del Centenario, en 1974. Norma, entonces funcionaria activa de Turismo, recuerda aquellos días con una mezcla de agotamiento y felicidad.

Casi no dormía. A veces pasaba 72 horas sin cerrar los ojos. Al final el festejo terminé llorando, de cansancio y emoción. Pero la gente acompañaba, todos trabajábamos por amor a la ciudad.”

La fiesta principal se realizó el 10 de febrero de 1974, bajo una lluvia torrencial que no logró empañar el ánimo. “La torta del centenario terminó desparramada por el piso, pero todos igual festejábamos”, ríe al recordarlo.

Durante todo ese año se organizaron más de 250 congresos y eventos, un impulso que transformó a Mar del Plata en una sede turística y cultural de nivel nacional.

“Habíamos invitado a todas las instituciones, colegios, asociaciones, médicos, abogados. Logramos que los congresos nacionales se hicieran en Mar del Plata. Eso cambió todo.”

El espíritu de un tiempo irrepetible

Norma menciona con gratitud a quienes compartieron aquellos años: Irma Beatriz Valdés, la contadora “correcta como pocas”, ‘Popy’ Muñoz, y tantos otros empleados municipales que “daban todo para que las cosas salieran bien”.

Era la época de las máquinas de escribir. No podías equivocarte. Me quedaba hasta las seis de la mañana escribiendo, dormía media hora y seguía.

La ciudad vivía un entusiasmo colectivo: fiestas como la Avenida del Ruido, donde todas las boites de la Avenida Constitución sacaron su música a la calle, copas al aire y bailes bajo el cielo de verano. “Toda Constitución fue una fiesta. Fue un brindis total.”

De Mar del Plata a Mallorca: la distancia y la memoria

Hoy, desde su vida tranquila en Mallorca, Norma contempla con cierta melancolía el paso del tiempo. “A veces no entiendo cómo en los 150 años de Mar del Plata no planificaron algo grande, con tiempo, como hicimos nosotros. Las celebraciones unen, hacen sentir orgullo.

Sus palabras suenan como una carta al pasado, pero también como una lección. Porque detrás de los premios, de las luces y las ceremonias, hubo una generación que creyó que una ciudad podía brillar si se lo proponía.

Mar del Plata empezó su verdadero boom en esos años. Éramos 200 mil habitantes. Hoy son casi un millón. Pero el alma de la ciudad sigue ahí, en cada verano, en cada teatro que levanta su telón.

Norma sonríe. Afuera, el sol de Mallorca se refleja en el mar. En el horizonte, parece que aún titilan aquellas estrellas de mar que un día ella ayudó a imaginar.
Cincuenta años después, los Premios Estrella de Mar siguen reconociendo el talento, la pasión y el esfuerzo de artistas de todo el país. Pero detrás de ese símbolo, hay una historia de visión y trabajo colectivo, una historia que comenzó con una mujer que, una mañana de 1973, caminando por la playa, vio una estrella en la arena y decidió que debía brillar para siempre.