El Municipio entrega el Mundialista y el Parque de Deportes y reaviva la polémica

En medio de cuestionamientos y acusaciones de irregularidades, el municipio de General Pueyrredon fijo fecha para la entrega del Estadio Mundialista “José María Minella” y del Parque de Deportes a la firma Estadium Sociedad Anónima, que tendrá a su cargo la explotación, mantenimiento y puesta en valor del emblemático escenario deportivo por 30 años, con opción a una prórroga de diez más.

Según el acuerdo oficial, la empresa recibirá la tenencia del Estadio en un plazo no mayor a 30 días, período en el que deberá iniciar las tareas de reacondicionamiento estructural y obras complementarias que, de acuerdo con el pliego, incluyen la modernización de las tribunas, refacciones en los vestuarios y mejoras en los accesos y áreas de seguridad.

La decisión, sin embargo, desató una fuerte controversia política. Diversos sectores de la oposición denunciaron que la entrega se concretó “de manera apresurada” y “en horas de la medianoche”, lo que para algunos dirigentes “evidencia la intención de favorecer a un grupo empresario determinado”. También criticaron lo que consideran una “estrategia de abandono deliberado” del estadio en los últimos años para justificar su concesión.

“Se dejó caer al Minella para después decir que la única salida era privatizarlo”, expresó una concejal del bloque opositor, quien anticipó que su espacio solicitará la revisión del expediente de adjudicación. En tanto, desde el oficialismo defendieron la medida como una “solución estructural” para garantizar la preservación de un patrimonio deportivo que, según señalaron, “hoy se encuentra en una situación crítica y requiere inversiones millonarias que el municipio no puede afrontar”.

El Estadio José María Minella, inaugurado en 1978 para el Mundial de Fútbol de ese año, es uno de los símbolos deportivos más reconocidos de Mar del Plata. En los últimos años sufrió un marcado deterioro: tribunas clausuradas, problemas en la cubierta, fallas eléctricas y un mantenimiento cada vez más costoso para las arcas municipales.

De acuerdo con los primeros trascendidos, Estadium S.A. prevé destinar una inversión inicial superior a 25 millones de dólares para las obras de refacción, y proyecta convertir el predio en un “polo deportivo y de espectáculos”, con espacios comerciales y una agenda anual de eventos.

Mientras tanto, el anuncio genera incertidumbre entre los clubes locales que utilizaban el estadio, así como entre hinchas y vecinos que temen perder el acceso público a las instalaciones. “El Minella es parte de la identidad de la ciudad. No queremos que se transforme en un negocio cerrado”, advirtió un dirigente del fútbol marplatense.

Con los plazos ya en marcha y el traspaso administrativo previsto para las próximas semanas, la historia del Mundialista entra en una nueva etapa. Una etapa marcada por la promesa de renovación, pero también por el eco persistente de la sospecha política y la disputa por la gestión de uno de los íconos más queridos de la ciudad.