
El canciller, Gerardo Werthein, le presentó su renuncia al presidente, Javier Milei, y formalizará su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores el próximo lunes, tras días de rumores vinculados a su futuro dentro del Gobierno. La decisión fue comunicada durante una reunión en la Quinta de Olivos junto al jefe de Estado y su secretaria general, Karina Milei.
Según trascendió de su entorno, Werthein argumentó su decisión en los “roces que mantuvo en los últimos meses con otros miembros importantes del equipo de gobierno”, y es que días antes, había hecho saber al presidente que preferiría dar un paso al costado si se concretaba la incorporación de Santiago Caputo al Gabinete.
Vale precisar que, la dimisión de Werthein se convierte en el primer movimiento concreto dentro del recambio de Gabinete que el Ejecutivo prepara para después de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Y en esta línea, el ahora excanciller si bien remarcó que no existían problemas personales, sí manifestó diferencias respecto del “proyecto” que encarna el asesor más cercano al mandatario.
El alejamiento del canciller se da en medio de un clima político atravesado por internas y críticas, que surgieron tras la reunión con Donald Trump en Washington, ya que Werthein fue cuestionado por usuarios del esquema digital libertario, entre ellos “Gordo Dan”, por supuestas confusiones durante el encuentro. “No puedo ocuparme de la opinión de un tuitero”, respondió entonces el funcionario en una entrevista pública, en medio de los cuestionamientos dentro del oficialismo.
Pese a su salida del Ministerio, Werthein no se apartará completamente de la política exterior, dado que según trascendió planea mantener presencia en Washington, cerca de los vínculos estratégicos con Estados Unidos, lo que abre la posibilidad de un rol diplomático o de asesoría internacional. No obstante, su alejamiento de la Cancillería marca el inicio visible de los cambios que Milei había anticipado para el tramo final del año.

La reestructuración del Gabinete ya tiene otros nombres confirmados, porque Patricia Bullrich y Luis Petri dejarán sus cargos en los Ministerios de Seguridad y Defensa el 10 de diciembre por competir en las elecciones legislativas. A estos se suma la salida próxima del vocero presidencial Manuel Adorni, quien asumirá como legislador porteño.
“El día 26 a la noche veré qué tipo de entramado necesito para lograr los objetivos”, señaló Milei al referirse a los resultados electorales y su impacto en las decisiones del Gabinete. El Presidente vinculó los movimientos a la necesidad de impulsar las reformas de “segunda generación”, con un Congreso renovado y un esquema de poder reordenado.
En ese contexto, la Cancillería aparece como uno de los ministerios donde Santiago Caputo busca ampliar su influencia, ya que actualmente solo cuenta con el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, entre sus funcionarios cercanos. También trascendió que, en eventuales acuerdos con el PRO, el expresidente Mauricio Macri podría proponer a Federico Pinedo como titular de la cartera, lo que abre un nuevo frente de tensión dentro del oficialismo.
Milei adelantó cambios en el gabinete luego de las elecciones
En plena campaña electoral por el norte del país, Milei adelantó que efectuará cambios en su Gabinete en la última parte del año. Mientras algunos serán obligados porque hay ministros que asumirán un cargo en el Congreso, en otros casos la medida obedecerá a que “algunas horas no están funcionando como deberían”.

“Nosotros consideramos que algunas áreas que no están funcionando como deberían… y evidentemente podemos acordar que determinadas personas que estuvieron en el gobierno de Macri y son experimentados resolviendo problemas. Cuando uno arma una selección pone lo mejor”, añadió el mandatario en declaraciones radiales.
De esta manera, las señales de acercamiento entre Milei y Macri de las últimas semanas obedecen a la importancia que tiene para el oficialismo que el PRO colabore en el Congreso para dar luz verde los principales proyectos que el Gobierno busca impulsar, como es el caso de la reforma laboral y previsional, en línea con lo solicitado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien pidió acuerdos de gobernabilidad para avanzar en esa dirección.