“La inmigración ha sido y sigue siendo un factor clave para el crecimiento de las islas”

(el Retrato en España) El alcalde de Pollença, Martí Xavier March Cerdá, no rehúye hablar de los grandes retos que enfrenta su municipio. En una conversación franca, abordó temas clave como el turismo, la inmigración, el desarrollo urbanístico y el crecimiento demográfico. Para él, estas cuestiones son vitales para el futuro de Pollença y deben tratarse con responsabilidad y visión a largo plazo.

“El turismo está aquí para quedarse”, asegura el alcalde, convencido de que no existe una alternativa viable a esta industria que, pese a sus efectos negativos, sigue siendo el motor económico de la región. Reconoce, sin embargo, que la actividad turística genera presión sobre los recursos locales: “Hay mucho más basura que nunca, y hay que gestionarla. El agua escasea, las carreteras están saturadas…”. Para March, la clave está en una planificación racional que contemple los tres pilares de la sostenibilidad: económica, social y ambiental.

En cuanto a posibles alternativas, March es realista: “No hay otra industria que pueda sustituir al turismo”. No obstante, subraya su apoyo al producto local y al sector primario, como la ganadería y la agricultura, en franco retroceso. “Damos apoyo a la cooperativa agrícola, al cordero de Pollensa, y en todas nuestras ferias gastronómicas apostamos por el producto de proximidad”, añade, consciente de que la supervivencia del campo y el mar es esencial para la vida en las islas.

Inmigración: entre el aporte laboral y el rechazo ideológico

Uno de los temas más sensibles en Europa y también en Baleares es el de la inmigración. March reconoce que Pollensa acoge a personas de múltiples orígenes: sudamericanos, magrebíes, centroeuropeos, e incluso emigrantes de países ricos como Alemania o Reino Unido. Pero establece una diferencia importante: “Una cosa es la inmigración con dinero, y otra la inmigración sin dinero”.

Frente a las posturas cada vez más radicalizadas en contra de la inmigración, March se muestra tajante: “No hay gente ilegal. Todo el mundo es persona. Si alguien emigra de forma irregular, no es por placer, es por necesidad”. Rechaza las posiciones de odio, a las que tilda de inhumanas y racistas, y recuerda que Baleares también fue tierra de emigración en el pasado, con miles de mallorquines que buscaron un futuro en Venezuela o Argentina.

Además, el alcalde resalta el aporte de los inmigrantes al desarrollo económico actual: “¿Quién cuida a nuestros mayores? ¿Quién trabaja en la construcción cada día? Son personas que vienen de fuera”. En su visión, la inmigración ha sido y sigue siendo un factor clave para el crecimiento de las islas. Pero también advierte: “Baleares no puede seguir creciendo demográficamente. En 20 años, hemos pasado de 800.000 a 1.200.000 personas”.

Critica la hipocresía de exigir integración y aprendizaje del idioma solo a ciertos colectivos: “Los inmigrantes sudamericanos llevan aquí 20 años, y trabajan. En cambio, muchos ingleses o alemanes no hablan ni castellano ni mallorquín, y nadie se los exige”. Reivindica una visión más humana y justa, y recuerda el drama de los migrantes que cruzan el Mediterráneo: “El mar se ha convertido en un cementerio”.

Urbanismo, servicios y cultura: pilares de su gestión

Preguntado sobre los ejes principales de su gestión, Martí March menciona tres grandes líneas de trabajo: planificación urbanística, mejora de los servicios públicos e impulso de la cultura local.

Uno de los proyectos estrella es el plan urbanístico para Formentor, una zona que califica como “un diamante en bruto”. Con este proyecto, el objetivo es proteger su valor natural y arquitectónico. “Queremos que Formentor siga siendo Formentor. Defendemos nuestra identidad, nuestro patrimonio urbanístico y arquitectónico”, declara el alcalde, que también está impulsando un catálogo detallado del patrimonio de Pollença para asegurar su conservación.

En el ámbito de los servicios públicos, el gobierno local está construyendo nuevas infraestructuras clave. A finales de año, está previsto que entre en funcionamiento una nueva escuela de educación infantil (de 0 a 3 años), así como un nuevo centro de salud. También se está reformando el Capitol, que será un espacio cultural polivalente. “Estamos creando infraestructuras necesarias, que responden a las demandas de la ciudadanía y mejoran la calidad de vida”, explica.

La cultura, afirma, es un elemento esencial para el desarrollo de un municipio con la tradición cultural de Pollença. En este sentido, su equipo de gobierno apuesta por reforzar las políticas culturales y darles mayor protagonismo en la vida pública.

Sobre la relación con la oposición, Martí March la define como constructiva: “Somos un gobierno de coalición entre el PSOE y MES, y tenemos mayoría con 10 de 17 regidores. La oposición cumple su función, pero en el 70% de los temas alcanzamos consenso”. Considera que el debate político es natural y necesario, siempre que se base en el respeto y en la búsqueda del bien común.

Pollensa en busca de un equilibrio

La visión del alcalde Martí March es clara: Pollença debe encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, la protección del entorno, el respeto a su identidad cultural y la cohesión social. En un contexto global donde los desafíos son cada vez más complejos —desde la presión turística hasta la inmigración o la crisis habitacional—, la gestión local se convierte en un ejercicio delicado de equilibrios.

“No queremos ser una ciudad más. Queremos seguir siendo Pollensa”, concluye March, con la convicción de que un crecimiento sin identidad no es desarrollo, sino pérdida. Y para evitarlo, su administración apuesta por planificar con cabeza, invertir en lo esencial y cuidar lo que hace única a esta tierra.