
(el Retrato en España) La lluvia ha marcado el inicio de octubre en Alcúdia. Tras varios días de pronósticos inestables y cielos encapotados, este sábado por la madrugada se han registrado las primeras precipitaciones del mes, considerado el más lluvioso del año en la zona, con una media superior a los 53 milímetros, un fenómeno que sucede en muchos lugares de la isla de Mallorca.
La llegada del mal tiempo coincide con el cierre progresivo de la temporada turística. Las playas, que hace apenas unas semanas estaban llenas de visitantes, lucen ahora desiertas. Los hoteles comienzan a bajar la persiana y muchos restaurantes y comercios reducen horarios ante la previsible disminución de clientes. “La temporada prácticamente ha terminado. Octubre siempre es así, con lluvias y menos turistas”, explica un empleado de un bar-bistró.
Para aquellos habitantes y quienes visitan la isla desde el Centro de Noticiaciones les llegó a sus celulares a las 18.38 un alerta de Proteccion Civil de las islas Baleares sobre la tormenta que se llegaba y las medidas de precaución a tomar ante las intensas lluvias pronosticadas. Una medida que se podría aplicar, no solo en Mar del Plata sino en lugares donde el agua puede (y ya lo ha hecho) provocar daños y muertes. ¿O será muy difícil de aplicar con la tecnología que hoy todo lo supera?
En el paseo marítimo, aún quedan algunos visitantes que aprovechan los últimos días de sus vacaciones. Con pilotos y paraguas, caminan por lo alto de la muralla tratando de retratar imágenes con sus cámaras fotográficas y celulares. Tambien se da algún transito junto al mar sin las aglomeraciones típicas del verano. “Nos gusta venir en esta época porque hay tranquilidad. La lluvia no nos molesta”, comenta una pareja alemana, en un por momento inentendible español, alojada en un pequeño hotel de la zona.
Para los residentes, este cambio climático y de ritmo es habitual. Las lluvias de octubre anuncian el inicio de la temporada baja y permiten a muchos trabajadores del sector turístico tomarse un descanso tras meses de intensa actividad. “Cuando llega este tiempo, todo se calma. Es momento de reorganizarse y preparar el invierno”, señala una comerciante local.
Las actividades al aire libre, como excursiones en barco o rutas de senderismo, se reducen considerablemente. En su lugar, algunos visitantes optan por planes bajo techo: cafeterías, museos y paseos breves por el centro histórico. Desde el Ayuntamiento recuerdan que el turismo de otoño es menor, pero estable, y que las lluvias no afectan de forma significativa a los servicios básicos ni a la movilidad.
Octubre representa, para Alcúdia, un punto de inflexión. No solo por el clima, sino por el impacto económico que supone el final de la temporada alta. Los establecimientos que permanecen abiertos ajustan su actividad, mientras los residentes retoman la vida cotidiana fuera del ritmo turístico. Las precipitaciones continuarán en los próximos días, según la previsión meteorológica, consolidando así el arranque del otoño en el municipio.
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