
(el Retrato en España) La “presentación artística” del Javier Milei en Buenos Aires, una mezcla de recital de rock, discurso político y el lanzamiento de su libro, ha causado un fuerte eco en la prensa española. Ante unas 15.000 personas, en su mayoría jóvenes, Milei cantó, arengó y agitó banderas de “libertad” en un acto que, para los medios europeos, trasciende el entretenimiento: se trata de un gesto político cuidadosamente calculado.
En su cobertura, diarios como El País describieron el espectáculo como un intento de revitalizar su figura pública en medio de tensiones políticas y económicas internas. Señalan que, tras meses de desgaste por la inflación persistente, la pobreza y los roces diplomáticos, el mandatario argentino apeló a su costado escénico para reagrupar a su base juvenil y recuperar protagonismo.
Otros medios, como El Confidencial, subrayaron la teatralización de la política como marca de su estilo de liderazgo. En sus columnas se remarcó el uso deliberado de la estética rockera , luces, guitarras y gritos de “¡Viva la libertad, carajo!”, como estrategia para convertir la política en performance. “Milei entiende el escenario como un espacio de poder”, escribió un analista.
No faltaron las críticas. Editoriales y columnistas cuestionaron la oportunidad del show en un contexto de crisis económica. Algunos plantearon que “mientras la inflación erosiona salarios y la pobreza se expande, el presidente canta y habla de libertad”. Otros advirtieron que este tipo de actos, si bien movilizan emociones, pueden profundizar la polarización social.
En líneas generales, la mirada española sobre la Argentina combina fascinación y alarma: Milei despierta atención mediática por su estilo rupturista, pero también interrogantes sobre la solidez institucional de un país que atraviesa desafíos estructurales. Enfatizaron que “entre el rock y la política, el presidente argentino parece decidido a sostener su liderazgo también desde el escenario”.