
El operador socio-terapéutico y fundador de “Construyendo Nuestro Futuro” criticó la ausencia de equipos territoriales, prevención sistemática y estadísticas locales, en un contexto agravado por los recientes despidos en SEDRONAR que afectaron a diez trabajadores de Mar del Plata.
Daniel Tunoni, operador socio-terapéutico y dirigente peronista marplatense, criticó duramente el impacto de los recientes despidos en SEDRONAR que afectaron a diez trabajadores de Mar del Plata, advirtiendo que la medida profundiza “la ausencia del Estado” en una problemática que calificó como “la peor pandemia que hay en el mundo”.
En diálogo el Retrato, Tunoni, fundador de la fundación “Construyendo Nuestro Futuro”, cuestionó la reducción de recursos nacionales en materia de adicciones y reclamó una respuesta municipal más contundente basada en equipos interdisciplinarios territoriales y prevención sistemática en escuelas, fábricas e instituciones.
Consultado sobre el impacto concreto de la desvinculación de personal federal en la ciudad, Tunoni aseveró: “Esto hace ver que la situación de los que padecen adicciones. El Estado tiene cada vez más la ausencia en esta problemática, de la cual no hay una contención, no hay un trabajo firme”
“Hoy le sueltan la mano a los que padecen esta enfermedad”
El Tunoni advirtió sobre las consecuencias directas para quienes no pueden costear tratamientos privados: “Esto implica que las personas que no pueden acceder a tratamientos por una cuestión económica, queden a la buena de Dios”. Tunoni caracterizó la medida como “soltarles la mano a los que padecen esta enfermedad”, agregando que “esto es lo que no hay que hacer y sin embargo lo están haciendo”.
Si bien reconoció la existencia de los servicios con los que cuenta el municipio y una línea de salud mental, Tunoni consideró que la respuesta local es claramente insuficiente. El especialista identificó como principal falencia la desarticulación de las salas de primeros auxilios barriales: “Lo que están dejando de lado son las salitas de primeros auxilios, que hay una infinidad de salitas de Mar del Plata y que se puede dar contención en cada barrio con equipos terapéuticos interdisciplinarios”.
Ante este panorama Tunoni propuso una estrategia integral basada en “charlas de prevención en los colegios, en las universidades, en las fábricas, en las instituciones”, señalando que “esto tiene que ser un trabajo muchísimo más organizado y muchísimo más serio”.
El dirigente apeló a la responsabilidad de las autoridades locales más allá de las definiciones partidarias: “Yo no digo del intendente, yo digo de todos, de todos los que están hoy por hoy en el funciones del gobierno municipal, tienen que tomar en cuenta estos asuntos, no esperar que la provincia o la nación actúen“. Según evalúa Tunoni: “Yo creo que se puede hacer muchísimo desde el municipio, pero bueno, no lo están haciendo, no les interesa, no tienen capacidad, no quieren gastar dinero en salud, en problemática de salud mental. No es negocio para ellos”.
El operador dimensionó la gravedad de la situación: “Es la peor guerra que tenemos. Esto es peor que la pandemia, esto es peor que el COVID. Es la peor pandemia que hay en el mundo. Y Mar del Plata está desmantelado totalmente y sin conciencia”.
“La marihuana está haciendo estragos con el tiempo”
Consultado sobre las sustancias más prevalentes localmente, Tunoni identificó a la cocaína como “lo fundamental”, seguida de la marihuana. Respecto a esta última, cuestionó la percepción social que se tiene: “La marihuana la quieren dejar de lado, pero no, la marihuana está haciendo estragos con el tiempo” y rechazó posiciones permisivas al respecto “no estoy de acuerdo para nada con el libertinaje que hay con eso, pero para nada”, fundamentando que “toda sustancia que te modifica tu actitud no es buena”.
Respecto a drogas sintéticas como el fentanilo, Tunoni aclaró que todavía no hay presencia en Mar del Plata, aunque mencionó que “el tema del crack está avanzando”.
Consultado sobre la evolución del problema confirmó un incremento notorio: “Han aumentado muchísimo, muchísimo los familiares de adictos y las consultas”. Esta dinámica llevó a la fundación a “trabajar con familiares de adictos, darles herramientas y saber qué es lo que deben hacer cuando tienen un familiar, o un trabajador, o un amigo, o un vecino en consumo”
Un abordaje basado en un sistema italiano
Tunoni explicó el abordaje que implementa su Fundación, basado en “un sistema italiano” estructurado en tres grupos escalonados. El Grupo A constituye una etapa de “adaptación a las normas y a las reglas”, con intervención de un equipo interdisciplinario conformado por “psicólogo, psiquiatra, acompañante y operador”, además de un médico clínico.
Tras aproximadamente tres meses, el paciente transita al Grupo B, donde “ya es consciente de la enfermedad y empieza a hablar de lo emocional”. Tunoni describió esta como “la peor etapa para el paciente porque es la más intensa y la más fuerte”, momento en el cual “podemos ver cuál es el consumo, cuál es la problemática que él tiene, y si logramos saber, bueno, atacamos el problema para que él deje el consumo a partir de la solución del problema”.
Finalmente, el Grupo C implica “cuando comienza la persona a hacer su reinserción en la sociedad”, con posibilidad de retomar actividades laborales bajo supervisión y “con una cuestión de normas y reglas”.
Además de la internación en comunidad terapéutica, Tunoni detalló dos modalidades adicionales. El sistema ambulatorio implica trabajo en domicilios, donde “vemos la casa, vemos cómo funciona, sacamos todo el alcohol del lugar, y empezamos a trabajar en conjunto, con la familia, con él y con todos”. Esta modalidad permite que la persona “pueda salir a trabajar y volver, no puede manejar dinero”.
La internación domiciliaria está destinada a quienes “no pueden costear un tratamiento en una comunidad terapéutica”, resultando “muy económico” y permitiendo “trabajar con toda la familia”.
Tunoni enfatizó el carácter integral del abordaje: “Se trabaja a nivel familiar, no se trabaja solamente con el paciente, sino se trabaja con la familia”.
Para situaciones donde peligra la salud, Tunoni describió la implementación de reducción de daño, estrategia “que se usa mucho en Europa” y que consiste en “salvarle la vida” permitiendo al paciente elegir abandonar una sustancia mientras continúa con otra temporalmente.