
El sector hotelero marplatense atraviesa el próximo fin de semana largo sin el nivel de consultas y reservas anticipadas que históricamente caracterizaba estos períodos. Jesús Osorno, presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de Mar del Plata, confirmó que “todavía no hay una línea de llamadas, nada que se parezca”, aunque estimó que “se va a dar un poquito más sobre la hora”.
La situación refleja un patrón que el sector viene registrando en los últimos meses, caracterizado por decisiones de último momento y estadías más cortas. Osorno explicó que la actividad actual “es mucho de escapada, de fin de semana”, en contraste con las temporadas previas donde predominaban estadías más prolongadas.
Consultado sobre si este fin de semana largo podría funcionar como termómetro del verano próximo, Osorno aseveró que “Está muy variable el país como para decir que un fin de semana te va a determinar qué pasa en el verano”. El dirigente enfatizó la volatilidad del contexto, recordando episodios recientes donde “teníamos un país en el que antes de que Milei viajara a Estados Unidos ese viernes, estaba todo por el aire y de golpe bajó todo”
Osorno mencionó además factores de incertidumbre adicionales: “No olvidemos que este es un año de elecciones”, sugiriendo que el escenario político también incide en las decisiones de consumo de los potenciales turistas.
El balance de los últimos fines de semana tampoco ofrece señales alentadoras. Siendo que no hay señales de crecimiento en la ocupación en relación con períodos anteriores.
Esta realidad contrasta marcadamente con el diagnóstico que el mismo dirigente trazó en julio pasado, cuando advirtió que “estamos en recesión y muchos establecimientos prefieren cerrar sus puertas antes que seguir perdiendo plata”.
Ante este panorama, muchos alojamientos establecen reducciones o congelamiento de tarifas para ganar competitividad, Osorno afirmó que “ya estamos siendo competitivos, ya estamos siendo muy competitivos”. El empresario precisó que “las tarifas se movieron menos que la inflación y en algunos casos igual, con un 5%, 10% de aumento”.
El dirigente hotelero relativizó el impacto de la competencia de destinos como Brasil y Uruguay en el mercado marplatense. “Los turistas que se van a Brasil, Uruguay o demás, son los que no vienen a Argentina”, explicó, contextualizando esta dinámica en un fenómeno cíclico: “De los 90 para acá ha pasado que siempre que el cambio es barato, la gente va afuera, cuando no, tenemos más turismo interno”.
Contexto estructural sin resolución
Las declaraciones actuales de Osorno se enmarcan en una problemática que el dirigente viene denunciando desde hace meses. En julio pasado, el empresario alertó que “no se abrió un hotel nuevo en los últimos 20 o 30 años. Y lo más grave es que se están cerrando los que ya existen”, atribuyendo la situación a “costos altísimos, sobre todo en servicios como electricidad y gas”.
En aquella oportunidad, Osorno también cuestionó la desigualdad competitiva con el alquiler informal: “Hoy un departamento con cuatro colchones y los perros dando vueltas en la casa compite con un hotel que paga impuestos y tiene habilitaciones”.
El panorama para el fin de semana largo refleja, en síntesis, la continuidad de una crisis que el sector hotelero marplatense viene transitando sin avistamientos de una mejora inmediata. La combinación de demanda débil, costos elevados y presión impositiva mantiene al sector en una postura de cautela, donde incluso los feriados tradicionales no logran generar la dinámica comercial de períodos anteriores.