
La confirmación del encuentro bilateral del martes de Javier Milei con el presidente de EE.UU., Donald Trump, y la posibilidad de una ayuda financiera del Tesoro de EEUU, cuyo jefe, Scott Bessent, le entregará el miércoles una distinción del Atlantic Council, son apuestas oficiales para revertir las turbulencias financieras y cambiarias que se intensificaron tras el revés oficial en la elección bonaerense y varias derrotas legislativas.
Milei recibirá de manos de Bessent -quien en abril citó expresamente la posibilidad de apoyar a la Argentina en caso de estrés financiero- el Global Citizen Award del Atlantic Council, un think tank focalizado en temas estratégicos que hizo punta con palabras como “Geofinanzas” y tiene un “Geoeconomics Center”.
De ese lado, y sin excluir temas como propiedad intelectual y patentes medicinales, vendría el interés de Washington en auxiliar a un gobierno que, amén de su cercanía ideológica, preside un país cercano a la Antártida, de extensa costa sobre el Atlántico Sur y potencial proveedor bienes y servicios clave para EEUU en el marco de su puja estratégica con China.
Esos intereses van desde la provisión de “minerales críticos” hasta el potencial rol de la Argentina como vector de Inteligencia Artificial (IA) “made in USA” y capaz de alimentar, con pequeños reactores de energía nuclear, la voraz demanda de centros de datos para IA y “nubes” de almacenamiento y resguardo de volúmenes incalculables de información.
De hecho, el viernes la Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en unirse como “socio contribuyente” al Programa de Infraestructura Fundamental para el Uso Responsable de Tecnología Nuclear de EEUU (FIRST, según su sigla en inglés) que apunta al despliegue de Pequeños Reactores Modulares a escala regional y global.