Más allá de la crisis de los turnos: gestión, proyectos y conflictos sistemáticos en el HIGA

Matías Tártara, director del HIGA, profundiza en el plan para modernizar la atención, desde la implementación de un sistema de turnos por WhatsApp y la futura incorporación de biometría, hasta la creación de una nueva Unidad de ACV y el fortalecimiento del rol del hospital como centro de investigación.

La denuncia por la venta ilegal de turnos, un esquema que cobraba por el acceso a la atención médica, fue solo la “punta del iceberg”, según el director del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), Matías Tártara. En un contexto de creciente demanda y limitaciones económicas, la gestión ha puesto en marcha una serie de medidas que buscan abordar los problemas de fondo y proyectar el futuro de la institución.

Tártara explicó que, tras la auditoría interna que llevó a la denuncia, el hospital ha reestructurado por completo el sistema de turnos. Se eliminaron las últimas filas físicas y se implementó un sistema de asignación a través de WhatsApp, que ofrece la ventaja de un registro digital y una mayor transparencia. Para el futuro, la meta es la integración completa con el sistema de la provincia, que incluye la Historia de Salud Integrada (HSI) y la aplicación miPBA, la cual permitirá a los pacientes solicitar turnos con identificación biométrica, eliminando cualquier posibilidad de intermediarios.

El director señaló que la sobrecarga del hospital es uno de los mayores desafíos. Diseñado para casos de alta complejidad (tercer nivel), el HIGA se ve forzado a absorber una gran cantidad de consultas de atención primaria que no son atendidas en otros centros de salud. Además, la coyuntura económica ha provocado una migración masiva de pacientes, siendo que la proporción de personas con obra social que acuden al hospital pasó de un 30% a un 40%, un aumento que ejerce presión en la capacidad del sistema.

Aun con un presupuesto provincial que se mantiene a la par de la inflación, el hospital enfrenta un aumento “astronómico” en el costo de los medicamentos, que hoy representan la principal partida de gastos. A nivel nacional, la desinversión en obra pública restringe la posibilidad de llevar a cabo grandes proyectos de infraestructura, lo que obliga a la dirección a ser creativa en la búsqueda de financiación para pequeñas mejoras.

A pesar de las limitaciones, la gestión de Tártara ha logrado grandes avances. Los propios trabajadores presentaron más de 50 proyectos para la reestructuración de servicios. Entre ellos, el más destacado es la propuesta de una Unidad de ACV, fundamental para la atención de esta patología que requiere de un abordaje preciso y expedito.

Además de fortalecer la atención, el HIGA está reafirmando su rol como centro de investigación. Recientemente, dos residentes ganaron becas de investigación, un logro que, según Tártara, es clave para el desarrollo de nuevos saberes en la salud pública. La dirección busca fomentar la participación en congresos e incluso allanar el camino para futuras investigaciones clínicas en colaboración con organismos externos al ámbito estatal.

Al final, Tártara remarcó: “Sabemos que la salud tiene que ser pública y gratuita, y no vamos a tolerar de ninguna manera que nadie tenga que pagar para poder acceder a ella“. Su gestión, afirmó, se mantendrá enfocada en mejorar la capacidad del hospital para servir a la comunidad, a pesar de las complejidades del contexto actual.