
En un contexto de alta volatilidad económica y desafíos logísticos, el sector turístico de Mar del Plata se prepara para la temporada de verano 2025 y se mantiene expectante. Juan “Chichín” Martínez, empresario concesionario de los balnearios “Francisco” y “El Carmen” en Punta Mogotes, se sumó al debate sobre la competitividad del destino, defendiendo la oferta local y cuestionando las comparaciones con Brasil.
Juan “Chichín” Martínez, concesionario de los balnearios “Francisco” y “El Carmen”, analisó el contexto actual y futuro en retrospectiva con la temporada 2024, que calificó como “buena en cuanto a cantidad de público” pero “muy mala en cuanto al clima” un riesgo que, según el empresario, afecta directamente la ocupación. A pesar de los desafíos climáticos, Martínez no percibió un cambio significativo en los hábitos de consumo, aunque reconoció que la gastronomía podría haber sido una variable más difícil de valorar en esas condiciones. A pesar del optimismo, Martínez no ignora las dificultades económicas. Manifestó un particular temor hacia el cliente de “carpa diaria” debido a la situación económica actual, mientras que se mostró seguro con los “clientes fijos” de temporada y mes completo. Según sus datos, el balneario El Carmen mantiene un 60% de clientes de temporada, lo que le otorga una base sólida.
En cuanto a los costos operativos, reconoció que la inflación y los aumentos en los servicios son una “dificultad” que el sector debe enfrentar. Sin embargo, su enfoque está en “apaciguarla” y ver la temporada 2025 como “otro año de desafíos”. Su estrategia para retener al cliente es mantener a sus empleados estables durante todo el año. Martínez emplea a 60 personas, de las cuales 10 permanecen en su staff a lo largo de los 12 meses. Esta decisión, aunque “pesada” económicamente, asegura que el cliente tenga “el mismo carpero” año tras año, fomentando la fidelidad.
Martínez identificó dos desafíos clave a nivel operativo: la rotación de personal y la seguridad. En el ámbito del empleo, lamentó la dificultad de conseguir personal dispuesto a trabajar por períodos temporales, un cambio respecto a épocas anteriores cuando muchos estudiantes se sumaban a los trabajos de temporada. Propuso una política que incentive a los empleadores a contratar a residentes de Mar del Plata, argumentando que estos gastan su dinero en la ciudad durante el invierno, creando un ciclo económico más virtuoso.
En cuanto a la seguridad, la destacó como el “valor” más importante que Mar del Plata puede ofrecer para distinguirse de otros destinos. Sin embargo, advirtió que la ciudad “la tenía y la está perdiendo”, atribuyendo la situación a una falta de coordinación política entre el gobierno provincial y el municipal.