González caminará 404 km a corazón abierto para romper el molde proselitista

En tiempos de redes sociales, frases efectistas y spots diseñados al milímetro, la campaña electoral de Marcelo González, candidato a concejal por “Construyendo Porvenir”, parece sacada de otro tiempo… o de otra cabeza. Este miércoles al mediodía, desde la tradicional esquina de Tío Curzio, González iniciará un raid proselitista tan insólito como ambicioso: recorrerá 404 kilómetros a pie, durante 10 días consecutivos, atravesando los distintos barrios de Mar del Plata a razón de 40 kilómetros diarios.

Pero no es solo una caminata. Es una travesía con tintes casi existenciales: desayunará en casas de vecinos que lo reciban, almorzará en comercios barriales, se detendrá en sociedades de fomento o clubes, merendará en plazas y cerrará cada jornada cenando y durmiendo en casas particulares. Al día siguiente, la misma rutina. A pie, sin choferes. Solo él, sus zapatillas, y el oído atento.

“Voy a caminar 11 horas por día. Escuchando, mirando, entendiendo. No quiero discursos, quiero experiencias”, dijo ante una cincuentena de periodistas locales, nacionales e incluso internacionales durante un almuerzo de prensa que también fue una declaración de identidad: empanadas, milanesa con puré, queso y dulce. “Más nuestro, imposible”, bromeó.

Gonzalez al final del almuerzo con parte de los integrantes de distintos medios de prennsa donde anuncio su caminata de 404 km. por barrios de Mar del Plata.

Y sí, parece una locura. Pero es una locura calculada. Una movida disruptiva que rompe con el molde de las campañas tradicionales, donde el contacto con el electorado suele medirse en clicks o likes. González opta por la transpiración, el cuerpo a cuerpo, el desayuno compartido. Una especie de campaña-inmersión.

“Esto no es marketing. Es convicción”, insistió el empresario. “Para hablar de lo que le pasa a la gente, primero hay que caminar donde camina la gente. Escuchar sin apuro, sin protocolo. Dormir donde duermen, ver lo que ven, comer lo que comen“. Y añadió: “Muchos creen que esto es de loco. Pero de loco no tengo un pelo. Sé exactamente lo que hago”.

Durante el recorrido, que concluirá el viernes 5 de septiembre al atardecer, González recorrerá barrios históricamente postergados, dialogará con familias, comerciantes, jubilados, jóvenes. Promete no interrumpir la rutina de cada hogar: se adaptará a sus tiempos, se bañará donde lo dejen, dormirá donde pueda, y se irá al día siguiente dejando apenas el eco de su paso.

El mensaje que busca dejar es claro: cercanía real, no impostada. González no promete soluciones inmediatas ni repite slogans vacíos. Su apuesta es escuchar primero, entender después, proponer recién al final. “No se puede legislar de espaldas a la calle”, dijo. “Y la calle no está en los afiches. Está en los 404 kilómetros que voy a caminar con mi alma, mi cabeza y mis piernas”.

¿Locura? Tal vez. ¿Audacia? Seguro. Pero en esta campaña corta, intensa y atípica, donde los tiempos corren más rápido que nunca, la estrategia de González ya logró lo que muchos candidatos sueñan y pocos logran: que hablen de él. Y que lo escuchen.

Porque, al final del día, quizás no se trate de caminar por los votos, sino de caminar con sentido. Y eso, en política, puede ser revolucionario.