Tres años después del asesinato de su hijo, Luis Mora se convirtió en el principal impulsor de una ley que busca reformar el sistema de imputabilidad para menores, en busca de que la tragedia de su familia no se repita.
El 19 de junio de 2022, el destino de Martín Mora Negretti, de 30 años, se truncó en el centro de Mar del Plata. Celebraba su cumpleaños y el Día del Padre cuando una discusión absurda por bolsas de hielo arrojadas desde un edificio se convirtió en una tragedia. Un grupo de cuatro personas, dos mayores y dos menores, bajó a la calle y, armados, atacaron a Martín y a su amigo. Seis puñaladas, una de ellas mortal, terminaron con la vida del joven. El hecho, que conmocionó a la ciudad por su brutalidad, fue el inicio de una lucha que hoy, casi tres años después, su padre, Luis Mora, sigue librando.
El crimen expuso una de los temas más discutidos del sistema penal argentino, los menores involucrados, de 13 y 14 años, fueron declarados “no punibles” y, aunque a disposición de la justicia, evitaron un proceso penal tradicional. Por su parte, los dos adultos, Julio César Bibbó y Marilyn Brisa Vera González, fueron detenidos. Sin embargo, para Luis Mora, la batalla legal se sentía incompleta. La impotencia ante la impunidad de los menores y la lentitud judicial lo impulsaron a transformar su dolor en una causa nacional. “Son cinco asesinos que decidieron quitarle la vida”, recuerda.
Desde el momento en que veló a su hijo, Luis se propuso impulsar una ley de imputabilidad que lleve el nombre de Martín. “Esto me mantiene vivo”, afirma. Su lucha lo ha llevado a reunir más de 85.000 firmas virtuales a través de una petición en Change.org, y a tener contacto con figuras políticas como el intendente Guillermo Montenegro y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. “El intendente me catapultó a los contactos con esta gente”, comenta.
Su crítica más severa se dirige a lo que él llama una “justicia blanda” y “jueces garantistas”. A pesar de que los mayores están detenidos, Luis lamenta que los menores “siguen en la calle, siguen haciendo las suyas“. También expresa su dolor ante la dilatación del juicio, que fue postergado para el año que viene, y el hecho de haber perdido a su esposa un año después del crimen, una pérdida que atribuye al trauma.
Luis Mora, sin embargo, no aboga por una solución simplista de encierro. Su proyecto, en el que ha trabajado junto a diputados, busca un enfoque integral. “Yo no pido que los menores vayan a la cárcel”, explica. “Lo que busco es la reinserción del menor con capacitación, con talleres y con equipos interdisciplinarios”. La propuesta incluye educación, tratamiento psicológico, control de adicciones y, como punto clave, la responsabilidad de los padres en caso de que sus hijos no cumplan con la condena.
Frente a quienes argumentan que bajar la edad de imputabilidad criminaliza a los jóvenes, Luis responde con una pregunta dolorosa y directa: “¿Qué harían ellos si les matan a un hijo como mataron al mío?”. Él insiste en que la ley es necesaria para darle herramientas a jueces y a la policía, que, según su visión, están “atados de manos”.
El proyecto, que consta de 80 artículos, se espera que ingrese pronto a la Cámara de Diputados. “La ley está escrita con la sangre de mi hijo”, asegura. “Yo la sangre de mi hijo la hago respetar. Y yo sé que el día que salga la ley, se la voy a llevar a su tumba. Esa es una promesa que tengo con él, y sé que la voy a cumplir”.
Luis Mora invita a la ciudadanía a sumarse a su lucha. Para quienes deseen apoyar el proyecto de ley y firmar la petición, pueden contactarlo directamente para obtener el enlace al +54 9 381 682-8445, ó sumarse con su firma a https://chng.it/yLDCnsrckz