
El secretario general del Sindicato de Pasteleros, José García, analizó la difícil coyuntura económica que afecta al rubro. Con una ocupación del 30% en la temporada de invierno, el poder adquisitivo de los trabajadores disminuyó, mientras que las paritarias acompañan una inflación oficial que considera “mentirosa”. A pesar del panorama, el sector no ha registrado despidos ni cierres de locales.
La temporada de invierno en Mar del Plata fue “muy mala” para el sector pastelero, heladero y pizzerías. Así lo afirmó José García, secretario general del Sindicato de Pasteleros, quien en diálogo con “el Retrato”, describió la situación actual como una de las más complejas de los últimos tiempos. La baja afluencia turística se reflejó directamente en el nivel de actividad, con una ocupación que no superó el 30%, impactando directamente en la economía local.
Según García, el principal desafío que enfrentan los trabajadores es la pérdida constante de poder adquisitivo de sus salarios. “Antes se decía, no llego a fin de mes, hoy no se llega ni a mitad del mes”, explicó el dirigente gremial. Esta situación se agrava con la necesidad de muchos empleados de solicitar adelantos de sueldo, llegando a cobrar solo el 50% o 60% de su salario a fin de mes.
El secretario general vinculó esta realidad a la baja de la inflación, que si bien se registra oficialmente, se da “a costa de que no hay consumo“. La recesión, afirmó, afecta tanto a los trabajadores como a los dueños de los comercios.
El Sindicato de Pasteleros negocia paritarias propias para cada sub-sector: heladeros, pizzeros, alfajoreros y reposteros. Sin embargo, García denunció que las paritarias están “pisadas” por el gobierno nacional, que no homologa aumentos que superen los índices de inflación oficiales. “El INDEC larga 1,6%. Pero para nosotros, a la hora de discutir la paritaria, realmente es insuficiente”, explicó.
El dirigente criticó que se ven obligados a “acompañar” una inflación oficial que no refleja la realidad del bolsillo de los trabajadores y el poder de compra sigue cayendo, a pesar de que formalmente se logren acuerdos en línea con los números del gobierno.
A pesar del difícil panorama económico y de las negociaciones salariales complejas, García destacó una noticia positiva para Mar del Plata: el sector no ha registrado cierres de negocios, fábricas o panaderías, ni tampoco despidos. “Gracias a Dios hay algo de trabajo“, expresó, valorando la importancia de mantener las fuentes laborales en una ciudad con un historial de desocupación. “Es peor estar sin trabajo que tener que estar luchándola”, señaló.
Mirando hacia el futuro, el secretario general expresó que las expectativas para la próxima temporada de verano estarán condicionadas por los resultados de las próximas elecciones. “La medición la vamos a tener después de las elecciones que se vienen“, afirmó. A pesar de la incertidumbre, García manifestó el deseo de que la próxima temporada sea buena para Mar del Plata, beneficiando tanto a los trabajadores como a los empresarios, ya que “acá todo va de la mano”.