
La Parroquia San Cayetano de Mar del Plata se prepara para una multitudinaria celebración el 7 de agosto, día del santo patrono del pan y el trabajo. Bajo la presidencia del nuevo párroco, presbítero David Eusebio Ochoa, la jornada combinará la devoción de los peregrinos con un fuerte componente social, en un llamado a la “amistad social” y la esperanza ante las necesidades actuales.
Los fieles y peregrinos se congregarán este miércoles 7 de agosto en la Parroquia San Cayetano de Mar del Plata para celebrar la fiesta de su patrono, San Cayetano de Thiene, el santo de la providencia, el pan y el trabajo. La jornada será la primera gran celebración presidida por el presbítero David Eusebio Ochoa desde su asunción como párroco.
El evento tendrá su procesión a las 15:00 horas, que recorrerá las calles del barrio con la imagen del santo, presidida por Monseñor Ernesto Giobando, seguida de la misa principal. Sin embargo, a las 00:00 del 7 de agosto, se realizará una vigilia con el canto del Himno Nacional, un signo por la “patria, la paz, el pan y el trabajo”, tras lo cual las puertas del templo permanecerán abiertas durante todo el día. Durante la jornada, se celebrarán misas en distintos horarios para acoger a la gran cantidad de peregrinos que se esperan.
El presbítero David Eusebio Ochoa expresó a “el Retrato” que vive el momento con “mucho nerviosismo” ante la magnitud del evento. Destacó el inmenso trabajo de los laicos del Santuario, quienes se abocan a la recepción de los peregrinos y la preparación del templo, con el objetivo de “servir a nuestros hermanos que sabemos que vienen con muchas preocupaciones y con muchas realidades de situación de vida”.
Ochoa enfatizó que la movilización del 7 de agosto tiene un “fuerte componente social” además del religioso. Para él, es un “reclamo justo, que lamentablemente se repite año tras año”, lo que evidencia la necesidad de que “todos los argentinos tomemos conciencia de que tenemos que hacer algo juntos”.
El sacerdote hizo un llamado a retomar los verbos del Sínodo Diocesano: “escucha, diálogo y discernimiento”. Subrayó la importancia de saber escucharse y dialogar, no para imponer verdades, sino para “entender la postura de los demás y lo que le sucede a los otros”. Este diálogo, según Ochoa, es clave para “transformar la realidad que evidentemente se está repitiendo año tras año y que la verdad que nos duele mucho a todos, sobre todo a la iglesia, que a veces no se ve plasmado en un cambio concreto para aquellos que menos tienen, para aquellos que son más vulnerables, para nuestros mayores”.
El presbítero Ochoa concluyó que la fe no puede disociarse de la realidad social: “La fe se vive en lo social, las familias, en la calle, en lo que día a día un trabajador vive en su lugar de trabajo“, afirmó.