
El comercio marplatense enfrenta una creciente ola de inseguridad, con “mecherismo” y robos nocturnos que se vuelven cotidianos, generando indignación y temor entre los comerciantes. Gustavo Ares, referente de UCIP, advierte sobre la impunidad de los delincuentes y la necesidad de acciones más contundentes por parte de las autoridades.
El microcentro y macrocentro de Mar del Plata se han convertido en escenarios de una preocupante escalada de delitos que afecta directamente al sector comercial. Gustavo Ares, integrante de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), detalló a “el Retrato” las problemáticas que sufren a diario los comerciantes, quienes denuncian una alarmante sensación de impunidad.
Durante el día, la principal preocupación es el “mecherismo”, con casos de personas que sustraen mercadería a la vista “Da indignación al comerciante que ve todos estos hechos y siente que hay una impunidad muy, muy importante“, afirmó Ares. Por la noche, la problemática se traslada a la rotura de vidrieras y robos en comercios, una modalidad que se ha vuelto “muy frecuente” en el centro y en zonas como Juan B. Justo y 12 de Octubre.
Ares señaló que, si bien los robos nocturnos no son nuevos, los robos con violencia sí se han acrecentado últimamente. Casos como el asalto a un local de Grido en la calle Alberti o la rotura de vidrieras en los locales del microcentro, que antes eran aislados, ahora ocurren “cada dos por tres”.
Esta situación ha generado un impacto directo en los trabajadores. Ares reveló haber escuchado comentarios de empleadas que han “renunciado a su trabajo por temas de inseguridad”, no por la tarea en sí, sino por los horarios y la necesidad de movilizarse, exponiéndose a ser víctimas de motochorros mientras esperan el colectivo. “Hay una preocupación muy importante de parte de todos los comercios y comerciantes, ya no se sienten seguros” subrayó.
Ante la creciente inseguridad, los comerciantes se han visto obligados a invertir en su propia seguridad. Ares mencionó la instalación de alarmas, más rejas, cámaras de seguridad y botones de pánico. Algunos rubros incluso han optado por atender al público a través de rejas, utilizando cerraduras electrónicas. “Nos toca desde el privado poner alarmas, poner más rejas, poner cámaras de seguridad”, lamentó, señalando que el comerciante debe “implementar” estas medidas para sentirse “un poquito más seguro”.
Por otro lado la UCIP ha notado una fatiga en los comerciantes para realizar denuncias formales, considerándolas una “pérdida de tiempo“. Para subsanar esto, la entidad se ha coordinado con la Fiscalía que atiende este tipo de delitos, actuando como nexo para reenviar “denuncias informales” (con fotos y detalles) y así “reducir esa información a la Fiscalía para que esa denuncia informal caiga en la fiscalía y de esa manera la fiscalía pueda actuar en consecuencia”.
La UCIP mantiene reuniones permanentes con la policía, la Departamental, la Fiscalía y el COM, pero Ares siente que ” aun falta un poco”, y que es necesario “acelerar los tiempos”. El reclamo es claro: “Que hagan algo diferente, y que lo hagan rápido”.