Intendente de Pinamar debió pedir un préstamo al Provincia para pagar los sueldos

La comuna de Pinamar, uno de los centros neurálgicos del poder político y económico de la costa atlántica argentina, atraviesa una profunda crisis económica que se expresa con claridad en la dramática caída de la recaudación de impuestos y tasas municipales. La situación llegó a un punto límite esta semana, cuando el intendente Juan Ibarguren (Juntos por el Cambio) debió recurrir a un préstamo de emergencia por mil millones de pesos al Banco Provincia para poder cumplir con el pago de sueldos correspondientes al mes de julio.

La falta de fondos no es nueva, pero el deterioro se ha profundizado en los últimos meses. En julio, los haberes municipales fueron abonados en dos cuotas y el pago del medio aguinaldo fue postergado sin fecha concreta. Ante este escenario, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Pinamar declaró el estado de alerta y advirtió que no descarta nuevas medidas de fuerza si no se revierte la situación. Ya se han realizado protestas, como un quite de colaboración en las últimas horas de cada turno desde el 30 de julio, y una denuncia fue presentada ante el Ministerio de Trabajo.

El pedido de auxilio financiero quedó plasmado en una nota formal enviada el 28 de julio a la sucursal local del Banco Provincia, donde Ibarguren solicitó un “adelanto transitorio en cuenta corriente” de mil millones de pesos, a partir del 7 de agosto y por un plazo máximo de quince días hábiles, destinado exclusivamente al pago de salarios. En la misma comunicación, el jefe comunal aseguró que la devolución del préstamo se realizará con los ingresos que se esperan por la recaudación de tasas municipales.

Pero es justamente esa recaudación la que se ha desplomado. Desde la municipalidad explican que los ingresos fiscales han caído como consecuencia del recorte en la coparticipación y del descenso en el pago de tasas por parte de los contribuyentes, reflejo de una economía local golpeada por la recesión nacional. “Estamos en un momento financiero turbulento”, reconoció el secretario de Hacienda, Gabriel Videla, en una entrevista con el canal local Telpin TV.

Ibarguren, que asumió la intendencia en 2023 tras ser ungido por el exintendente Martín Yeza, intenta mantener un delicado equilibrio político: si bien en campaña enfrentó a la Libertad Avanza, hoy forma parte de un frente que acompaña al oficialismo nacional. Por eso, ha sido cauto al momento de responsabilizar a la Casa Rosada por el ahogo financiero. “Tenemos una situación económica que todavía no repunta, que tiene que ver con la actividad económica en general. Eso nos ha traído un problema a todos los municipios, no solamente a Pinamar”, argumentó.

La crisis amenaza con propagarse en cadena: la falta de liquidez impacta no solo en los salarios estatales sino también en los pagos a proveedores y contratistas de las localidades vecinas como Ostende, Valeria del Mar y Cariló. Pinamar, tradicional destino turístico y enclave clave para la política provincial, se encuentra hoy en el centro de una tormenta económica que refleja, en miniatura, el derrumbe del aparato fiscal argentino.