
La Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) de Mar del Plata mantiene un fuerte conflicto con el Sanatorio Belgrano y la Clínica Mitre de Miramar, denunciando reiterados atrasos salariales, pagos parciales y un “abuso generalizado” por parte de las empresas. Analía Moreda, referente del gremio, advierte sobre la precarización laboral y la necesidad de una intervención urgente para garantizar los derechos de los trabajadores.
El sector de la sanidad en Mar del Plata y Miramar se encuentra en estado de alerta debido a los persistentes conflictos entre la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) y las clínicas privadas, entre ellas, dos importantes instituciones: el Sanatorio Belgrano y la Clínica Mitre. Las denuncias giran en torno a reiterados incumplimientos en el pago de haberes y aguinaldos, así como a un patrón de “abuso” hacia los empleados.
Analía Moreda, referente de ATSA, detalló a “el Retrato” la compleja situación. En el caso del Sanatorio Belgrano, la problemática es “bastante crónica”. A pesar de los aumentos salariales pactados para mayo, junio y julio, los pagos se realizan con demoras significativas y, en ocasiones, de forma parcial. Moreda lamentó que los trabajadores aún no hayan recibido los recibos correspondientes ni las asignaciones no remunerativas de junio y julio, que ascienden a $40.000 y $60.000 respectivamente. “Es bastante vergonzoso, una falta de respeto total de parte de la empresa”, sentenció Moreda, señalando que los empleados han llegado a cobrar sus sueldos con hasta 20 días de retraso. A esto se suma el “castigo constante y el amedrentamiento” a quienes reclaman, generando un temor a perder la fuente de trabajo.
La Clínica Mitre de Miramar enfrenta un escenario similar. Moreda relató que el Dr. Mascaró, uno de los dueños, había justificado los retrasos por “problemas económicos“, pero la situación escaló hasta la falta en el cobro del aguinaldo. La referente sindical denunció que en Miramar también se abusa de la necesidad de los trabajadores, quienes, en una ciudad más pequeña con menos opciones laborales, “tienen miedo de hacer algo y después haya represalias”.
Ante esta situación, ATSA ha llevado adelante diversas acciones. Con el Sanatorio Belgrano, las asambleas y la intervención del Ministerio de Trabajo han logrado que se paguen algunas partes de los reajustes y asignaciones adeudadas. Sin embargo, con la Clínica Mitre, la situación es más crítica y se está planificando una asamblea para determinar “qué otros tipos de acción directa tomar”, ya que “no se puede permitir el abuso que están haciendo estas empresas a los compañeros”.
Además, la dirigente de ATSA expuso una contradicción en el discurso de las clínicas que alegan problemas económicos. “No es que trabajo no hay”, afirmó, observando que muchas clínicas están “a cama caliente”, con falta de lugar para internación y expandiendo sus consultorios externos para liberar camas en sus sedes principales. “Me parece fantástico que las empresas crezcan porque generan más fuente de trabajo. Pero no a costilla de los compañeros“, sentenció.
La secretaria general de ATSA denunció una serie de “irregularidades o abusos” que van más allá de los conflictos salariales puntuales y se manifiestan en el día a día. Mencionó casos donde se pagan menos horas extras de las trabajadas, o donde se exige a los empleados realizar tareas adicionales sin la contratación de personal necesario, abusando de la necesidad de los trabajadores. “Hay que estar constantemente atentos a estos tipos de situaciones”, advirtió, señalando que “el 90% de las clínicas de Mar del Plata” incurren en este tipo de prácticas.