
Durante allanamientos realizados en el marco de la investigación por el asesinato de Mateo Sánchez, la policía secuestró elementos clave que podrían vincular a los sospechosos con el crimen. Entre las pruebas incautadas figuran un arma de fuego, varias vainas servidas de calibres 9 milímetros y .22, una motocicleta con pedido de secuestro activo, y prendas de vestir con abundantes manchas de sangre.
El procedimiento tuvo lugar a escasos 800 metros del domicilio donde Sánchez fue asesinado a balazos y su hijo Lucas resultó gravemente herido. El joven continúa internado en estado crítico, con un diagnóstico preliminar que indica posible pérdida de movilidad en sus piernas.
Según fuentes judiciales, las ropas incautadas coincidirían con las que usaron los atacantes la noche del hecho. Además, una de las prendas presentaba un tajo compatible con un arma blanca, lo que refuerza la hipótesis de un enfrentamiento previo al asesinato. Las pericias determinarán si las manchas corresponden a las víctimas.
Los acusados, de 26 y 31 años, permanecen prófugos. Uno de ellos tiene antecedentes penales. En el domicilio allanado se encontraba una mujer, hermana del menor de los imputados, quien quedó imputada por encubrimiento, al hallarse en la propiedad la moto Rouser robada en enero, hecho investigado por la Oficina de Delitos contra la Propiedad Automotor.
La justicia ya emitió órdenes de captura y continúa la búsqueda de los sospechosos.