
Mar del Plata inicia las vacaciones de invierno 2025 con una ocupación hotelera por debajo del 30%, el nivel más bajo en dos décadas. La recesión económica, los altos costos y un cambio en el comportamiento del turista impactan en el sector, que busca en ofertas de último momento un repunte para mitigar una temporada desafiante.
El inicio de las vacaciones de invierno 2025 encuentra a Mar del Plata con un panorama hotelero complejo. Las reservas iniciales se sitúan por debajo del 30%, lo que representa el nivel más bajo registrado en las últimas dos décadas para esta época del año. Esta situación ha llevado a que numerosos hoteles, especialmente los de dos y tres estrellas, opten por no abrir sus puertas, al considerar inviable su operación ante la baja demanda y las pérdidas acumuladas.
A esto se suma una creciente preferencia de los turistas argentinos por destinos internacionales, lo que desvía la demanda que habitualmente se dirigía a plazas locales como Mar del Plata. El clima invernal de la Costa Atlántica, caracterizado por ser frío y poco predecible, también influye en la decisión de los visitantes.
Los testimonios de los establecimientos hoteleros reflejan esta realidad. Desde el Hotel Positano (dos estrellas), Belén González indicó que “no hay tanta gente” y que trabajan “al día”. Durante el año, aunque no se quejan por tener clientes fijos, la ocupación se mantiene entre un 30% y 40% en la semana. En el Hotel Castellón (tres estrellas), Paola mencionó que, si bien tienen reservas, no superan el 50% de ocupación. “Tratamos de ser positivos, pero no sabemos qué realidad nos va a tocar”, expresó, manteniendo la esperanza de que algún evento deportivo pueda generar movimiento. Por su parte, Mariana, del Hotel Dos Reyes (cuatro estrellas), reportó una ocupación actual del 80%, principalmente de matrimonios, mientras que el resto del año su clientela es mayoritariamente corporativa.
La tendencia generalizada en la provincia de Buenos Aires es hacia estadías cortas y decisiones de último momento, con un presupuesto de consumo más ajustado. Otros puntos de la Costa Atlántica, como Pinamar, Villa Gesell o Necochea, atraviesan un escenario similar, con ocupaciones que rondan entre el 30% y el 45%. Las sierras y pueblos turísticos, como Tandil o Sierra de la Ventana, muestran cifras levemente más alentadoras, especialmente en cabañas, pero sin alcanzar la capacidad plena. Incluso la Ciudad de Buenos Aires registró una caída en la ocupación hotelera, lo que refuerza la tendencia de un menor turismo interno y una mayor inclinación hacia viajes al exterior.