Este miércoles, el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, admitió que el Gobierno nacional de Javier Milei atraviesa una “crisis política” a raíz del conflicto público con la vicepresidenta Victoria Villarruel. La tensión quedó en evidencia la semana pasada, cuando la vice encabezó una sesión en el Senado que el Ejecutivo intentó deslegitimar, y luego se intensificó con cruces en redes sociales y declaraciones cruzadas.
“Sin dudas es una crisis, no institucional, sino política, dentro del Gobierno. Hay un desentendimiento entre el presidente de la Nación y la vicepresidenta”, sostuvo Francos en una entrevista televisiva. De esta manera, la frase del funcionario marca un reconocimiento inédito desde la cúpula del Ejecutivo, que hasta ahora buscaba minimizar el impacto del enfrentamiento entre los mandatarios.
Es preciso recordar que, la escalada comenzó luego de que la vicepresidenta habilitara una sesión impulsada por la oposición para tratar el financiamiento de las universidades y la restitución del Fondo de Incentivo Docente (FONID), entre otros temas como moratoria, incremento para jubilaciones y emergencia en discapacidad.
Por caso, tanto la Casa Rosada como los legisladores de La Libertad Avanza desconocieron la convocatoria, y tildaron la maniobra como “una traición” por parte de Villarruel, que fue directamente apuntada por el presidente, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y adeptos a la administración libertaria.
Lejos de retroceder, Villarruel respondió con fuerza y cuestionó el uso de fondos públicos para gastos en la ex SIDE o en los viajes del presidente, al tiempo que deslizó críticas hacia Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, alimentando la hipótesis de una interna cada vez más áspera entre los sectores libertarios que integran el oficialismo nacional.

Al ser consultado sobre la magnitud del enfrentamiento entre el Presidente y la Vicepresidente, Francos señaló que existen “razones profundas” detrás del cruce y lamentó que la disputa se haya hecho pública. “Estas cosas deberían dirimirse de una manera diferente, en privado”, remarcó, al tiempo que intentó relativizar el peso político institucional de la figura vicepresidencial: “Los vicepresidentes habitualmente juegan un rol secundario en la política. Juegan un rol en circunstancias determinadas”.
El funcionario citó como ejemplo el caso de Julio Cobos durante el conflicto por la resolución 125 en 2008, cuando como titular del Senado votó en contra del proyecto de retenciones móviles impulsado por el gobierno de Cristina Kirchner. “Cobos se apagó después de ese tema”, reflexionó Francos, en un intento de comparativa entre ese escenario con el rol actual de la vicepresidente.
Sin embargo, la interna libertaria, que había mostrado fisuras desde el inicio de la gestión, se expuso con fuerza en los últimos días, provocando incertidumbre en los sectores aliados, el Congreso y los propios votantes del oficialismo, ya que la confrontación también se produce en un momento sensible para el Gobierno nacional, con el tratamiento de leyes clave en el Senado y una creciente presión social por el ajuste económico.
El cruce entre las máximas autoridades del país se da además en medio del fin de las facultades delegadas que le había otorgado el Congreso al Presidente, y de la implementación plena de la Ley Bases y la reforma fiscal, dos pilares fundamentales del programa del Gobierno.

En tanto, analistas políticos advierten que una fractura entre el presidente y su vice podría tener consecuencias concretas en la gobernabilidad, el armado legislativo y la estabilidad del bloque oficialista, ya que Villarruel tiene el control sobre las sesiones en el Senado.
Francos reconoció que la relación Milei – Villarruel está en tensión
Es preciso mencionar que, el vínculo entre el Presidente y su vice fue tenso desde el armado de la fórmula presidencial, pero se deterioró notablemente tras la asunción. Las diferencias en torno al manejo de la política de derechos humanos, la relación con las Fuerzas Armadas y la agenda legislativa fueron en escalada hasta romper el acuerdo de discreción que mantenían.
Villarruel había buscado desde principios de año instalar su propio perfil político con gestos hacia sectores del peronismo no kirchnerista, algo que generó incomodidad en el círculo íntimo del presidente, sobre todo en Karina Milei y el asesor Santiago Caputo.
En declaraciones recientes, la vicepresidenta aseguró que “hay decisiones que se toman sin consulta ni coordinación institucional”, y que su compromiso es con “los ciudadanos que nos eligieron, no con una élite cerrada de funcionarios”. Esa frase fue interpretada como un mensaje directo a la mesa chica del Gobierno.
Mientras tanto, legisladores del oficialismo buscan contener los efectos del conflicto y evitar que se traslade a la discusión de leyes clave en el Congreso. Sin embargo, la fractura ya es inminente e impacta de manera directa en la imagen del Gobierno y pone en evidencia una falta de cohesión interna que, como reconoció el jefe de Gabinete, ya no se puede ocultar.