
La interna entre el presidente, Javier Milei, y su vice, Victoria Villarruel, escaló a niveles inéditos durante el último fin de semana, cuando el jefe de Estado usó sus redes sociales para amplificar durísimos cuestionamientos contra su compañera de fórmula, a raíz de su rol en la sesión del Senado que aprobó el aumento a los jubilados y la ley de emergencia para personas con discapacidad. En un raid de reposts, el mandatario validó acusaciones que la tildan de “traidora”, “populista” y “bruta en términos económicos”.
Entre los mensajes difundidos por el Presidente se destacaron los del cineasta y funcionario. Santiago Oría, quien fue su publicista durante la campaña electoral, del abogado, Alejandro Fargosi, ligado al proyecto Ficha Limpia, y de los portales afines, PanAm Post y La Derecha Diario. Milei también replicó al economista, Agustín Etchebarne, quien acusó a Villarruel de “prometer plata que no hay” y “abrazar el peor populismo”.
La furia libertaria se desató luego de que Villarruel habilitara la sesión del jueves pasado en la Cámara alta, que finalizó con la sanción de leyes que el Gobierno buscaba bloquear. “Un jubilado no puede esperar y un discapacitado, menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”, había lanzado la vice en sus redes, aludiendo al gasto reservado de la inteligencia estatal. La frase desató una ola de ataques del oficialismo y de los influencers del espacio, que la acusan de romper el equilibrio fiscal y “alinearse con el kirchnerismo”.
Lejos de retroceder, Villarruel contestó con dureza. “¿Un presidente que no puede ni saludar a la persona con la que llegó al poder? Hacéle el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”, replicó a un usuario en Instagram. También lanzó críticas veladas a Milei: “Cuando el presidente decida hablar y comportarse adultamente podré saber cuáles son sus políticas, dado que no me habla”. Y redobló la apuesta: “El presidente no debe traicionar lo que dijo, porque si lo hace, los demás debemos marcárselo”.
El fuego cruzado se intensificó con la participación de referentes ideológicos del mileísmo, entre los que se destacaron el escritor, Nicolás Márquez, biógrafo del Presidente, la llamó “ignorante por todo concepto” y ridiculizó sus propuestas de recorte. En tanto que, otro referente de la ultraderecha, Agustín Laje, sugirió que su actitud durante la campaña ya había sido cuestionable. El usuario “TommyLibertario” fue más allá y vinculó a Villarruel con Montoneros y el kirchnerismo.

En ese clima de confrontación, la diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, se sumó a las críticas con un mensaje burlón: “Leo los comentarios en Instagram y, no solo por los errores ortográficos, sino por el estilo, me cuesta pensar que los esté escribiendo sobria”. En tanto, medios alineados al oficialismo afirmaron que Villarruel había “traicionado al presidente” y “apoyado leyes golpistas” que ponían en riesgo el superávit fiscal.
El silencio institucional del Presidente ante las respuestas de Villarruel contrastó con su incesante actividad en redes, al tiempo que se dedicó a compartir más de una decena de mensajes con insultos y acusaciones contra su Vicepresidenta, pero evitó confrontarla de manera directa. La falta de interlocución entre ambas figuras, sumada a las declaraciones cruzadas, dejó en evidencia una fractura que ya trasciende lo discursivo y amenaza con impactar en la gobernabilidad.
Villarruel, por su parte, se mostró decidida a mantener su postura, mientras que respondió a los ataques desde Instagram y volvió a defender su decisión de habilitar la sesión: “Cumplir con mi función constitucional no es destruir el país. Y putearme por los jubilados y los discapacitados me da la tranquilidad de estar en apoyo de los argentinos más vulnerables”. También ironizó sobre su designación en la fórmula presidencial: “No sé por qué no puso a la hermana o a la ‘Limones’, que a ustedes les gusta tanto”, deslizó, en alusión a Karina Milei y Lemoine.
La interna de Milei y Villarruel sacude a La Libertad Avanza
La escalada entre Milei y Villarruel se produce en un momento crítico para La Libertad Avanza, ya que mientras el Gobierno insiste con una agenda de ajuste y control del gasto público, las tensiones internas comienzan a aflorar de manera abierta, lo que erosiona la imagen de unidad que intentó mantener durante los primeros meses de gestión. La sesión del Senado fue el detonante, pero la desconfianza venía acumulándose desde hace tiempo.

Hasta ahora, Villarruel había evitado enfrentamientos públicos con Milei, pero la escalada de agresiones la llevó a marcar un límite y en sus mensajes, reivindicó su papel institucional y criticó con dureza el silencio del Presidente. La relación entre ambos atraviesa su momento más frágil, y desde el entorno libertario crecen las especulaciones sobre una ruptura definitiva.
El malestar también se trasladó a las bases, ya que militantes e influencers libertarios que antes defendían a Villarruel ahora se muestran decepcionados y la acusan de “traición”, mientras desde sectores opositores denuncian una cacería digital para disciplinar a la vice. En este escenario, Milei opta por el silencio institucional pero promueve la crítica desde el altavoz que representan sus redes sociales.
La pelea no solo revela las tensiones internas del oficialismo, sino que pone en duda la sostenibilidad política de un gobierno que construyó poder en base a la centralidad de su líder. La figura de Villarruel, que hasta hace poco era funcional a ese esquema, ahora aparece como disidente. La pregunta que queda abierta es si se trata de un distanciamiento puntual o del comienzo de una fractura estructural en el corazón del poder.