
Los racinguistas que padecimos 20 años de sequía sabemos lo que es aferrarse a la historia para seguir más allá de los resultados esperando que las cosas cambien.
A los bonaerenses nos pasa lo mismo, es por eso que nos encontramos hoy acá con la convicción firme de que estamos transitando un tiempo bisagra para nuestra provincia y para nuestra Nación. Un tiempo en el que no se trata solamente de ganar elecciones, sino de construir un nuevo contrato con la sociedad, basado en la responsabilidad, la coherencia y la visión de largo plazo.
Desde Mar del Plata y toda la Quinta Sección, venimos trabajando en unidad entre el PRO y La Libertad Avanza. Y no lo hacemos por oportunismo ni por cálculo político: lo hacemos por mandato mayoritario de nuestros votantes, que nos exigen que dejemos de lado las mezquindades y pongamos por delante el futuro de la Argentina.
Tenemos claro que la transformación no será obra de un solo espacio, ni de un liderazgo aislado. Será, si somos capaces de integrarnos, de respetar nuestras diferencias, de honrar nuestras ideas, pero también de entender que nuestros orígenes no nos dividen: nos fortalecen.
La Argentina necesita recuperar políticas de largo plazo. Necesita dirigentes que piensen en generaciones, no en elecciones. Que construyan sobre consensos básicos, con generosidad, sin pretensiones hegemónicas, y con una profunda humildad incluso cuando nos toca estar fuertes.
Porque entendimos que la verdadera fortaleza no está en la imposición, sino en la capacidad de tender puentes. No está en gritar más fuerte, sino en escuchar mejor. Y no está en aferrarse al poder, sino en usarlo para transformar.
Hoy más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso con esa idea de futuro. Con un orden institucional que devuelva certezas. Con un progreso que no deje a nadie afuera. Y con una esperanza concreta para cada rincón de nuestra provincia.
Gracias por acompañarnos en este camino. Sigamos adelante. Con unidad, con convicción y con responsabilidad.